viernes, 10 de agosto de 2012

TODO LO PUEDO EN CRISTO.

                      "El que no considera lo que tiene como la
                      riqueza más grande, es desdichado, aunque
                      sea dueño del mundo."
 
                                         Epicuro de Samos.
 

Había una vez un viejo filosofo quien dijo a un rey que había encontrado la manera de hacer oro con arena. Naturalmente, el rey le ofreció un tesoro por su secreto. El filosofo explicó el procedimiento, el cual era muy fácil y sencillo, excepto por una cosa: ni una sola vez durante todo el procedimiento, debía el rey pensar en la palabra Abracadera, porque si lo hacía el encanto fallaba y la arena dejaría de convertirse en oro. El rey trató un gran número de veces seguir las instrucciones del filosofo, pero nunca pudo dejar de pensar en la palabra Abracadera. Y nunca pudo hacer oro.
Así es con la mayor parte de nosotros. Desde la niñez todos nos dicen que "el mundo es nuestro". Empezando con el primer capítulo del Génesis, se nos dice que "Dios dijo: hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza y dejémoslo que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre los pájaros del aire, y sobre los ganados, y sobre toda la tierra –y sobre todas las cosas vivientes que se muevan sobre la tierra" . a través del Viejo y Nuevo Testamento, se me dice que Dios nos dio esos poderes. "Aquél que crea en mi", dijo Jesús, "lo que yo hago el también podrá hacer; y cosas mas grandes aun".
Y nosotros oímos todo esto, tal vez nos imaginamos que lo creemos, pero siempre, cuando llega la hora de usar esos poderes, la duda nos roe el corazón. Somos como la anciana que quería que la colina que estaba detrás de su casa cambiara de lugar. Se puso de rodillas y le pidió a Dios que la hiciera desaparecer. al día siguiente corrió hacia la ventana; la colina estaba todavía en su lugar. "¡Ya lo sabía!" dijo. "Las oraciones no sirven de nada ".
Y así es; una oración sin fe vale pocos menos que nada. Cada oración debería ser una realización del poder que está dentro de ti –del derecho que tienes de dominio sobre tu propio cuerpo, sobre tu medio ambiente, tus negocios, tu salud, tu prosperidad–. La realización de que tu eres "Heredero de Dios y coheredero de Cristo" y que, como tal, ningún poder maligno tiene poder sobre ti, mientras que tú tienes poder infinito para todo lo bueno. Y "bueno" no significa sólo santidad. Bueno significa felicidad –la felicidad que todos buscamos en el mundo. Bueno significa todo lo que es bueno en este mundo de nosotros– comodidades y placeres, y prosperidad para nosotros mismos, salud y felicidad para aquellos que dependen de nosotros.

La historia de la humanidad nos muestra que lo que una generación considera sabiduría, es ignorancia para la que sigue. En las generaciones futuras un hombre mirará hacia la pobreza de tantos millones de nuestros días, y se preguntarán porque no aprovechamos toda la abundancia que nos rodea. Mira a la Naturaleza; ¡que abundante es en todas las cosas! ¿Crees que la mente que imaginó esa abundancia intentó que tu tuvieras limitaciones, que tuvieras que ahorrar y sufrir privaciones para vivir una existencia miserable? ¿qué es el dinero sino una idea de la mente, una forma de cambio? Los billetes de banco que manejamos representan un equivalente en oro o plata; hay billones y billones de esos billetes, y sin embargo, todo el oro del mundo es menos de $ 8.000.000.000. la riqueza está en las ideas, no en el dinero o en las propiedades.

"El reino del cielo dentro de ti". El cielo no es algún país lejano –el precio de años de sufrimiento–. El cielo está aquí –¡Aquí y ahora!–, cuando Cristo dijo que el cielo estaba dentro de nosotros, quiso decir exactamente eso –que el poder para la felicidad, para el bien, para todo lo que necesitamos en la vida, está dentro de nosotros.
Que la mayor parte de nosotros dejamos de hacer una realidad ese cielo –que muchos están enfermos y sufren, no es culpa sino de nosotros mismos. Para gozar el cielo que está dentro de nosotros, para empezar aquí y ahora a vivir la vida eterna, se necesita solo comprender el poder que vive dentro de nosotros.
Aun ahora, con los conocimientos limitados que poseemos, podemos dominar las circunstancias hasta el punto de hacer que el mundo exterior sea una expresión del mundo interior, en donde residen los pensamientos reales. Por medio de ese mundo interior podemos encontrar la solución de todos los problemas, la causa de todos los efectos. Descúbrelo –y todo el poder, todas las posesiones, estarán al alcance de la mano. La solucion a todos nuestros problemas se llama JESUCRISTO.

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Dios los bendiga