sábado, 30 de junio de 2012

EL VALOR DE LA TOLERANCIA

                         "En lugar de censurar a la gente, tratemos de
                comprenderla. Tratemos de imaginarnos por qué
                hacen lo que hacen. Eso es mucho más
                provechoso y más interesante que la crítica; y de
                ello surge la simpatía, la tolerancia y la bondad."

                                               Dale Carnegie.


Erase una vez un hombre muy anciano, al que los ojos se la habían vuelto turbios, sordos los oídos, y las rodillas le temblaban. Cuando estaba sentado a la mesa y ya casi no podía sostener la cuchara, derramaba algo de sopa sobre el mantel, y otro poco de sopa le volvía a salir también de la boca. Su hijo, y la esposa de su hijo, sentían asco de ello, y en consecuencia el viejo abuelo, hubo de sentarse, finalmente en la esquina detrás de la estufa. Le daban la comida en un cuenco de barro, y este ni siquiera era suficiente para saciarlo. Cierto día, sus manos temblorosas no pudieron sujetar el cuenco y este cayó al suelo y se rompió. La mujer joven le regañó, más el no dijo nada y se limitó a suspirar. Entonces ella le compró por pocas monedas una vasija de madera, de la que él habría de comer en adelante. Cuando de esta forma están sentados, el nieto pequeño, de cuatro años, comienza a acarrear tablitas y a dejarlas en el suelo. “¿Qué es lo que estás haciendo?”, le preguntó el padre. “Voy a hacer un comedero”, respondió el niño, “para que coman de el papá y mamá cuando yo sea grande”. Entonces el padre y la madre se miraron un rato de hito en hito, comenzaron finalmente a llorar y se apresuraron a traer el viejo abuelo a la mesa.

Desde entonces le dejaron comer siempre junto a ellos, y tampoco dijeron nada si alguna vez, derramaba un poco de sopa.

La tolerancia consiste en no oponerse a algo, teniendo el poder o la capacidad para hacerlo, tolerar es aguantar, consentir, permitir, soportar, sufrir en silencio y en beneficio de otros.
La tolerancia es la expresión más clara del respeto por los demás, y como tal es un valor fundamental para la convivencia pacífica entre las personas. Tiene que ver con el reconocimiento de los otros como seres humanos, con derecho a ser aceptados en su individualidad y su diferencia. El que es tolerante sabe que si alguien es de una raza distinta de la suya o proviene de otro país, otra cultura, otra clase social, o piensa distinto de él, no por ello es su rival o su enemigo.
El propósito de la tolerancia es permitir la coexistencia pacífica de las personas. Es importante, por lo tanto, para ejercer la tolerancia, reconocer la individualidad y la diversidad, lo que permite eliminar las máscaras que crean los desacuerdos.
Las personas intolerantes, caracterizadas por querer imponer su voluntad a toda costa, ignoran por completo a los demás y reaccionan con agresividad y violencia frente a quienes se les oponen. Este modo de ser es el causante de la mayoría de las guerras que han sembrado la muerte y la destrucción en países y continentes enteros. Las guerras religiosas que enfrentaron a católicos y protestantes a finales de la Edad Media en Europa, el exterminio de los judíos por parte de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y más recientemente, el de los croatas por parte de los serbios en la antigua Yugoeslavia, son algunos de los muchos ejemplos de los crímenes a que puede llevar la intolerancia religiosa, étnica o política.

La intolerancia se manifiesta en la discriminación a la que unos seres humanos someten a otros por considerarlos distintos, inferiores o como una amenaza contra el orden establecido.
La semilla de la tolerancia, sin lugar a dudas, es el amor. Semilla que debe plantarse con sumo cuidado desde la más tierna infancia. Cuando hay carencia de amor también hay falta de tolerancia.
La familia es la primera escuela donde se aprende a ser tolerante, luego le corresponde a la educación formal afianzarla. Ella es una fortaleza interna que les permite a las personas afrontar dificultades y disipar malos entendidos ya que la tolerancia cultiva la habilidad de calmar los sentimientos fuertes y encendidos de las personas.
Una persona que practica la tolerancia es como un frondoso árbol cubierto de frutas las que ofrece generoso aún cuando se le esté agrediendo con palos y piedras, él siempre entregará sus flores y sus frutas con la misma intensidad de siempre.
El propio Jesus, nos resumio todas las tablas de ley y solo nos dejo dos mandamientos; en Mateo 22:29-31, dice:

"Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.

 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos."

RUTINARIO O EXTRAORDINARIO

                       "No son los males violentos los que nos
                        marcan, sino los males sordos, los
                        insistentes, los tolerables, aquellos qué
                        forman parte de nuestra rutina y nos minan
                        meticulosamente como el tiempo."

                                               Emil Michel Cioran.


Doña Rosa era una ascensorista de un viejo edificio de

juzgados en Bogotá que usualmente estaba congestionado

de visitantes, los cuales, asustados, perdidos, molestos,

afanados o simplemente apáticos, esperaban atiborrarse en

uno de los viejos ascensores.

Cuando se abría la puerta, la multitud que salía empujaba a

la que quería entrar, armando un caos que se repetía en casi

todos los pisos; además del calor y los olores concentrados

en el elevador.

A pesar de esto doña Rosa cuidaba su máquina como si

fuera la más fina y valiosa.
Cada mañana, ella brillaba las partes metálicas y la aseaba

lo mejor posible.

De todas maneras andaba sonriente y entusiasta, saludaba y

despedía al abrir las puertas, disfrutaba sorprendiendo a sus

viajeros frecuentes al recordar sus nombres, hacía bromas

para que la gente sonriera, y respondía de buena gana a

toda clase de preguntas.
Aparte de eso vendía papel oficial, sellos de correo, y en sus

pocos ratos libres le encantaba tejer ropa para bebés.

Un día alguien le preguntó cómo podía permanecer tan

contenta en esa clase de trabajo incómodo, rutinario y mal

pagado.

A lo que ella contestó:

Muchas personas creen que yo actúo así por la gente, pero

en realidad lo hago por mí.
Cuando trato bien a mis pasajeros me siento satisfecha, si

los ayudo, la mayoría me trata bien y me aprecia.

Sé que mi ascensor es viejo y mal mantenido, -continuó-,

pero cuando lo limpio y lo brillo, me estoy cuidando a mí

misma, porque aunque no es mío, vivo en él muchas horas

de mi vida y si lo trato bien, me va a servir mejor.

¿Y todos los otros ascensoristas piensan así? -le

preguntaron-.

No, -respondió-, algunos de mis compañeros piensan que su

tiempo de trabajo no les pertenece a ellos.
Dicen que es el tiempo de la empresa.
Parecen ausentes, es como si murieran a las ocho de la

mañana y resucitaran a las seis de la tarde.
Suponen que trabajando de mala gana van a maltratar al jefe

o a otros, cuando en realidad es el tiempo de su vida, algo

que nunca van a recuperar.

Amigo, qué fácil es convertir lo ordinario y lo rutinario en algo

divertido y extraordinario.
Todos los días puedes hacerlos diferentes.
Las actividades y las personas se vuelven aburridas cuando

le quitas el corazón a lo que haces.

¿Cómo podrías hacer más extraordinaria tu vida?

La aventura no está en lo que haces, sino en cómo lo

haces.

La felicidad está en querer lo que se hace y no, en hacer

lo que se quiere.

La felicidad, de querer lo que se hace, está basada en hoy y

no se pospone para mañana; Esta en tus manos,el reto es

vivir cada momento intensamente como si fuera el último, sin

condiciones del pasado y ansiedades de futuro.
Se trata de la rutina cotidiana, de aceptarla como una

contribución personal a la sociedad, comprender que hacer

las tareas, lo mejor que se pueda, redunda en el bien de la

familia, la empresa, la sociedad y todo ello, es para mí

beneficio personal.
Hacer las cosas lo mejor posible, requiere de un estado de

concentración y de atención prolongada, a lo largo del día.

Prestar atención a los pequeños detalles, observar las

reacciones, que en otros, tienen nuestros actos, es la

manera de convertir la vida cotidiana, en una aventura

apasionante.
La rutina diaria, la puedo llenar de contenido, solo

cambiando la mirada; percibir los sucesos, como señales

que indican el camino a seguir; sentirnos coparticipes de la

creación del universo, con nuestros pequeños actos; tomar

conciencia, de que nuestro proceder cotidiano, es la semilla

de lo que está por venir.
La felicidad, yo la encuentro, al llenar de sentido mi ritmo

cotidiano, haciendo las tareas lo mejor que puedo,

aceptando mis errores como parte del aprendizaje que la

vida comporta, los fracasos como una forma de fortalecer mi

persona y los éxitos como mi aportación a la felicidad de la

humanidad, pero principalmente la nuestra.
Sera la forma con que tú observes lo cotidiano, lo que

marcara la diferencia entre una vida rutinaria o una vida

extraordinaria.

UN TIEMPO PARA CADA COSA....

                                                    "Así que, no os afanéis por el día
                                   de mañana, porque el día de mañana
                                   traerá su afán. Basta a cada día su
                                   propio mal."

                                                                                 Mateo 6:34

Dios con toda su omnipotencia pudo realizar su creacion en un abrir y cerrar de ojos, sinembargo se tomo 6 dias y descanso en el septimo, quienes somos nosotros para pretender alterar el curso normal de las cosa.


Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder ver a la mariposa cuando saliera del capullo.

Un día vió que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por abrirlo mas grande y poder salir.

El hombre vió que la mariposa forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento.

Parecía que se había atascado. Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del agujero para hacerlo más grande y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo. Sin embargo, al salir la mariposa tenía un cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba.

Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Nunca pudo llegar a volar.

Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fué que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.

La libertad y el volar solamente podían llegar luego de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fué privada su salud.

Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida. Si la naturaleza nos permitiese progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiría en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido.

Cuánta verdad hay en esto! Cuántas veces hemos querido tomar el camino corto para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para poder ser libres.

Necesitamos recordar que nunca recibimos más de lo que podemos soportar y que a través de nuestros esfuerzos y caídas, somos fortalecidos así como el oro es refinado con el fuego.

Nunca permitamos que las cosas que no podemos tener, o que no tenemos, o que no debamos tener, interrumpan nuestro gozo de las cosas que tenemos y podemos tener. Nunca pensemos ni nos enfoquemos en lo que no tenemos, disfrutemos cada instante de cada día por lo que tenemos y nos ha sido dado!!!

La biblia nos enseña en Eclesiastes 3: 1-22
"1 PARA todas las cosas hay sazón, y todo lo que se quiere debajo del cielo, tiene su tiempo:
2 Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;
3 Tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
4 Tiempo de llorar, y tiempo de reir; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
5 Tiempo de esparcir las piedras, y tiempo de allegar las piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de alejarse de abrazar;
6 Tiempo de agenciar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de arrojar;
7 Tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
8 Tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
9 ¿Qué provecho tiene el que trabaja en lo que trabaja?
10 Yo he visto el trabajo que Dios ha dado á los hijos de los hombres para que en él se ocupasen.
11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo: y aun el mundo dió en su corazón, de tal manera que no alcance el hombre la obra de Dios desde el principio hasta el cabo.
12 Yo he conocido que no hay mejor para ellos, que alegrarse, y hacer bien en su vida:
13 Y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.
14 He entendido que todo lo que Dios hace, ésto será perpetuo: sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y hácelo Dios, para que delante de él teman los hombres.
15 Aquello que fué, ya es: y lo que ha de ser, fué ya; y Dios restaura lo que pasó.
16 Vi más debajo del sol: en lugar del juicio, allí la impiedad; y en lugar de la justicia, allí la iniquidad.
17 Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; porque allí hay tiempo á todo lo que se quiere y sobre todo lo que se hace.
18 Dije en mi corazón, en orden á la condición de los hijos de los hombres, que Dios los probaría, para que así echaran de ver ellos mismos que son semejantes á las bestias.
19 Porque el suceso de los hijos de los hombres, y el suceso del animal, el mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros; y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia: porque todo es vanidad.
20 Todo va á un lugar: todo es hecho del polvo, y todo se tornará en el mismo polvo.
21 ¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres suba arriba, y que el espíritu del animal descienda debajo de la tierra?
22 Así que he visto que no hay cosa mejor que alegrarse el hombre con lo que hiciere; porque esta es su parte: porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él? "

"Si buscas una buena solucion y no la encuentras, consulta al tiempo, puesto que el tiempo es la maxima sabiduria"

                                Tales de Mileto

miércoles, 20 de junio de 2012

LA PARTE MAS IMPORTANTE DEL CUERPO

                                "La soledad es un consuelo para un
                                 alma entristecida, que aborrece a los
                                 que la rodean igual que un ciervo herido
                                 abandona su rebaño, para refugiarse en
                                 una cueva en la que soñará o morirá."

                                                           Khalil Gibran.


"Un día mi madre me preguntó cuál era la parte más

importante del cuerpo.
A través de los años, traté de buscar la respuesta correcta.
Cuando era más joven, pensé que el sonido era muy

importante para nosotros, por eso dije:
- "Mis oídos, mamá".
- "No", me contestó mi madre, "muchas personas son sordas

y se arreglan perfectamente".
- "Pero sigue pensando, te preguntaré de nuevo."
Al cabo de unos años me preguntó otra vez, y para entonces

yo creía haber encontrado la respuesta correcta. Así que le

dije:
- "Mamá, la vista es muy importante para todos. Entonces

deben ser nuestros ojos."
Con una sonrisa tolerante me dijo:
- "Estas aprendiendo rápidamente, pero la respuesta no es

correcta porque hay muchas personas que son ciegas y

salen adelante aún sin sus ojos".
Continué pensando. Mi madre me preguntó un par de veces

más, y, ante mis respuestas, la suya era:
- "No, pero te vuelves más inteligente con los años. Pronto

acertarás".
El año pasado, mi abuelo murió. Todos estábamos dolidos.

Lloramos. Incluso mi padre lloró. Recuerdo esto porque fue

la segunda vez que lo vi llorar.
Al momento de darle al abuelo el adiós final, mi madre me

miró y me preguntó:
- "¿No sabes todavía cuál es la parte más importante del

cuerpo, hijo?".
Me asustó que me preguntara eso justo en ese momento,

pues yo siempre había creído que se trataba de un juego

entre mi madre y yo.
Pero ella, notando mi confusión, me dijo:
- "Esta pregunta es muy importante. A todas las respuestas

que me diste en el pasado, te dije que estabas equivocado y

por qué. Pero hoy es el día en que necesitas saberlo."
Rompió a llorar y la abracé. Entre sollozos y apoyada en mí,

me dijo:
- "Hijo, la parte más importante del cuerpo es tu hombro".
- "¿Porque sostiene mi cabeza?", le pregunté.
- "No, hijo, es porque puede sostener la cabeza de un ser

amado o de un amigo cuando llora. Algún día de nuestras

vidas, todos necesitaremos un hombro para llorar. Yo sólo

espero que tengas amor y amigos, y así siempre tendrás un

hombro donde llorar cuando lo necesites, como yo ahora

necesito del tuyo".

"Jesús no promete consolar toda tristeza sino la tristeza que

es apropiada, la que está de acuerdo a la situación y "es

según la voluntad de Dios"

Cristo declara que felices son los que lloran algo que a primera vista pareciera una contradicción. Pero al meditar sobre este pasaje uno llega a la conclusión de que no solamente no son incompatibles, sino que además es la receta divina para la felicidad.
Empecemos con la palabra "llorar". En el Nuevo Testamento existen 9 palabras diferentes para expresar tristeza. La palabra que Jesús emplea en Mateo 5:4 es la más fuerte de las nueve. Expresa el lamento de un corazón quebrantado. Pocas veces lo experimentamos, o mejor dicho para muchos a menudo no nos permitimos experimentar esta clase de tristeza.
Sin embargo, Jesús no promete consolar toda tristeza sino la tristeza que es apropiada, la que está de acuerdo a la situación y "es según la voluntad de Dios" (2ª Corintios 7:10).