viernes, 24 de agosto de 2012

LIDERANDO POR IMITACION.

                    "Yo hago lo que usted no puede, y usted hace lo
                   que yo no puedo. Juntos podemos hacer
                   grandes cosas."
 
                                  Madre Teresa de Calcuta
Toda persona que desea comandar e inspirar a la gente debe hacerlo con su propio ejemplo.
 
En este mundo estamos llenos de jefes, gerentes, personas que nos quieren dar órdenes y desean obtener algo de nosotros. Pero en este mundo de hoy, lamentablemente, estamos muy escasos de LÍDERES GENUINOS que nos guíen hacia el lugar que queremos llegar. Y esta alta demanda por buenos líderes que guíen las empresas, los negocios, las comunidades, los países, y todas las entidades que tienen seguidores está más vigente que nunca.
No hay nada más inspirador que ver a un Líder a la cabeza de su ejército en pie de guerra, dispuesto a recibir los primeros flechazos. Me recuerda los grandes Reyes del pasado que partían a la guerra en primera línea de la batalla: “Sus soldados seguramente sentían inspiración y emoción de ver a su “REY” luchando junto a ellos”.
Esa es la clave si deseas liderar a un grupo de personas, sin importar el tamaño, con éxito e inspiración: “Da el ejemplo de lo que tienen que hacer dando los primeros pasos tu mismo”…
La persona que está dispuesta a trabajar duro, a realizar las tareas y mostrar el camino a la gente, de seguro se llenará de seguidores deseosos de caminar junto a él.
 
Desde que nacemos los seres humanos somos imitadores. El 90% de lo que aprendemos lo aprendemos por ver como lo hacen otros. En la Biblia tenemos varios ejemplos de hombres que usaron la imitación para alcanzar objetivos.
¿Es importante para un líder de iglesia ser ejemplo que otros puedan imitar?

Un ejemplo bíblico es el de Gedeón. En este caso para ganar una batalla y derrotar a los enemigos de Israel (Jueces 7: 15 al 22). Cuando Dios convenció a Gedeón de que les daría la victoria sobre los madianitas, repartió a los 300 soldados elegidos en 3 escuadrones y les ordenó “Fíjense en mí, y hagan lo mismo que me vean hacer”. Tocaron las trompetas, rompieron los cántaros, alzaron las teas encendidas, todo lo hicieron sincronizadamente imitando a Gedeón. Y el Señor les dio la victoria!
 
Es el ejemplo del líder en su comportamiento, el que le otorga autoridad y fuerza moral para liderar. Lo que lo hace también digno de imitación, pero no por mimetismo, sino por hechos concretos. Por mimetismo sería liderazgo carismático no deseable. Por hechos concretos es liderazgo práctico y medible.
 
¡Exigirme a mí mismo más de lo que esperan de mí!
Lo más importante: ¡Un líder tiene que ser valiente! - La valentía hay que demostrarla a diario, siendo RESOLUTIVO y siendo CONSECUENTE y COHERENTE.
La obligación de un líder es exigir a sus colaboradores; para eso está. Pero eso requiere fuerza moral. Y para tener fuerza moral, hay que predicar primero con el ejemplo. - El que quiere ser líder tiene que actuar de tal manera, que su gente encuentre en su comportamiento motivos de sentirse orgullosos de su jefe. Un buen líder debe conocer las expectativas de su gente para poder superarlas. O: afrontar con valentía sus limitaciones. Ser accesible para su gente es importante. Ser VALIENTE y RESOLUTIVO significa que decida HOY y no mañana; que no sea "dubitativo". También se espera que sea JUSTO y EQUITATIVO. Cuando se equivoca, que demuestre su valentía PUBLICANDO SUS ERRORES. Sabe ser humilde y humano y sabe disculparse, cuando HA METIDO LA PATA. Don Perfecto no vale como jefe. (La innovación requiere marcarse un objetivo diario, donde puede que meta la pata si le sale mal.) ¡Un líder DELEGA lo que le gusta hacer! - Lo que no le gusta, todavía no es delegable, hay que sacarle gusto primero: ¡una buena oportunidad para superarse!
¡DESPUÉS DE 2000 AÑOS, JESUCRISTO SIGUE SIENDO EL EJEMPLO DE LIDERAZGO PARA MÁS DE 1000 MILLONES DE HABITANTES DE LA TIERRA!
¿Hay alguien que pueda exigirse más a sí mismo que él?
 
¡Exige más al colaborador que otros!
La exigencia basada en los demás principios, sobre todo en el primero, incrementa el amor propio y la auto-estima del colaborador y no lo contrario como opinan algunos "paternalistas" que, en el fondo, ofenden a su gente infravalorándola y delegando poco.
 
¡Ten más interés personal y cariño humano por tu gente que otros!
A la gente se la mueve mucho más con el corazón que con la razón lógica y fría. Ver a la gente con cariño ("con buenos ojos"), interesarse por ellos, alabar y felicitar es orientarles hacia su mejor yo. No seas "criticón". El buen entrenador sabe ver lo que se hace bien y presta apoyo para potenciar esos puntos fuertes.
 
¡Protege del miedo al fracaso!
Requiere ser fuerte y efectivo hacia arriba.
 
La libertad es el mejor caldo de cultivo para el rendimiento. Pero eso requiere líderes valientes que, con su ejemplo y con su comportamiento, logran que su gente dé (sin miedo) lo mejor de sí. Un líder fuerte sabe aceptar y utilizar la discrepancia para un mejor entendimiento y mayor sinergia de equipo.
 
 

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Dios los bendiga