lunes, 9 de junio de 2014

OPORTUNIDADES DISFRAZADAS

«Los problemas nunca se acaban. Pero las
soluciones tampoco» 

-Paulo Coelho-


Dicen que una vez, había un ciego sentado en la vereda, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía: “POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO”.
Un creativo de publicidad que pasaba frente a el, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomo el cartel, lo dio vuelta, tomo una tiza y escribió otro anuncio.

Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.

Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna, su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él el que rescribió su cartel y sobre todo... ¿qué había puesto?.

El publicista le contestó: "Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras", sonrió y siguió su camino.
El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía: “HOY ES PRIMAVERA... Y NO PUEDO VERLA”.

¡Cambiemos de FORMA DE PENSAR cuando no nos sale algo, y veremos que de esa manera puede que resulte!

José Saramago, el fallecido premio Nobel de literatura, dijo
en un discurso en el 2004 que las palabras no son ni
inocentes ni impunes. "Hay que decirlas y pensarlas en
forma consciente", puntualizó.
Cuando se escucha la palabra 'no' al comienzo de un
diálogo, el cerebro empieza a liberar cortisol, la hormona del
estrés y la que nos pone en alerta. Y cuando escuchamos
un 'sí', se activa una liberación de dopamina, la hormona de
la recompensa y el bienestar.
Con base en esto tratare de entender lo traumatico de 
nuestro sistema educativo, me imagino el desborde de
cortisol en nuestro cerebro, al escuchar en aquellas clases,
preferiblemente de números, cuando el profesor utiliza la
famosa frase "Vamos a desarrollar unos problemas". Que
fácil y asimilable seria si en vez de problemas sencillamente
utilizaran "ejercicios".

Los problemas son parte de la vida.  Lo importante es la actitud con la cual los enfrentamos.  Recuerdo la historia de un hombre que en su lecho de muerte dijo:  “Siempre esperé a resolver todos mis problemas para poder disfrutar la vida, y hoy me doy cuenta que esos problemas eran mi vida, y que además la mayoría de ellos nunca fueron problemas”.  ¡No esperemos a estar en nuestro lecho de muerte para llegar a esta conclusión!  Te invito a que cambies tu actitud en relación con tus problemas, y a que disfrutes de la vida ahora.
Seamos realistas, siempre habrá “problemas” en nuestra vida.  A menos que estés muerto(a), te enfrentarás con lo que llamamos “problemas”, todos los días.  Los problemas son una señal de vida.  Así es que si tienes problemas, agradécelos, es señal de que estás vivo(a).
¿Y si los que llamamos “problemas”, no fueran problemas para nada, sino situaciones u oportunidades que nos enseñan cómo ir hacia adelante en nuestra vida?  Piensa en todas aquellas situaciones (problemas) del pasado, que en su momento parecieron tragedias.  Ve lo que significaron en términos de gente que conociste, o personas de quienes tuviste que separarte, o cambios que tuviste que hacer y que resultaron ser buenos.  ¿Qué habilidades tienes ahora que adquiriste gracias a ese problema?   Los problemas no son malos.  Shakespeare dijo “no hay nada bueno ni malo, el pensarlo es lo que lo hace así”  La siguiente ocasión que se te presente un problema, piensa que lo que te está sucediendo es en realidad un regalo, una oportunidad para crecer, para mejorar tu vida y la de los demás.  Los problemas te muestran tus creencias limitantes, tus actitudes negativas, tus pensamientos, sentimientos y comportamientos que no te están funcionando en tu vida.  A través de estas experiencias te puedes transformar en alguien mucho más grande.
Los problemas son oportunidades disfrazadas.  Todos tus problemas son problemas porque los ves como problemas, si los ves como oportunidades, entonces se convertirán en oportunidades.  Wayne Dyer dice:  “Cuando cambias la manera en la que ves las cosas, las cosas que ves cambian.”  Cuando se presente algún problema, pregúntate cómo puedes convertirlo en  oportunidad.  Además, los problemas nos dan la oportunidad de desarrollar nuestros talentos y habilidades.
¿Y cómo podemos descubrir la oportunidad que cada problema nos presenta?  Pues cambiando nuestra actitud, quitándole la etiqueta de “malo” a los problemas.  La mente humana es maravillosa, entre otras muchas cosas, porque siempre encuentra lo que busca.  Así es que si estás buscando problemas, no será difícil que los encuentres.  Por otra parte, si estás buscando oportunidades, eso es lo que encontrarás.
Y ¿cuál es entonces la diferencia entre un problema y una oportunidad?  Un problema es un obstáculo que hace que sea difícil lograr una meta, objetivo o propósito deseado.  Un problema existe cuando un individuo se hace consciente de que hay una diferencia entre lo que desea y lo que realmente es.  Por otra parte, una oportunidad es una circunstancia, o combinación de circunstancias, favorables, ventajosas o adecuadas para conseguir lo que deseamos.  Si nos fijamos solamente en estas definiciones, por supuesto que llegaremos a la conclusión de que los problemas y las oportunidades son dos cosas completamente diferentes, que no deseamos tener problemas y que por el contrario estaremos siempre en busca de las oportunidades.  ¿No es así?  ¿Y qué tal si pudiéramos ver nuestros problemas como oportunidades?
Todo acontecimiento en tu vida, es interpretado con cierta percepción, según tu personalidad y como acostumbras a mirar las cosas que ocurren. Frente a cualquier problema, no olvidemos lo importante que puede ser una actitud positiva. Podemos percibir una experiencia como buena o mala. Muchos acontecimientos son neutrales por naturaleza—no son inherentemente buenos o malos—en muchos sentidos, son como uno escoja mirarlos. Nuestras actitudes determinan la etiqueta que atribuimos a cada experiencia. ¿Por qué no elegir optimismo?
Pregúntate: ¿Qué percepción de las cosas o experiencias te benefician mejor a ti? Siempre debemos buscar obtener un beneficio de todo lo que ocurre en nuestras vidas. 

Y ¡las experiencias negativas no son la excepción! Cuando ves un problema como un obstáculo, seguirá siendo un obstáculo. Sin embargo, sólo será un obstáculo en tu mente, por causa de haber escogido verlo como tal. Pensemos en la gran miseria, ira, dificultad y otras emociones negativas que sufriremos al optar por ver las cosas de esa manera. Los pensamientos negativos generan emociones negativas y resultados negativos. ¿Por qué elegir afligirnos de esa manera?

Ahora por otro lado, cuando conscientemente decidimos ver un problema como una oportunidad, una oportunidad es lo que será. Una oportunidad o posibilidad es una puerta que nos invita a nuevas experiencias y nuevas lecciones que podemos aprender; ¡experiencias que nos permitan crecer en la vida! El gran inventor, Alexander Graham Bell, hablando sobre los problemas, dijo: "A veces nos enfocamos demasiado tiempo en una puerta que se está cerrando y muy tarde nos damos cuenta de la puerta que está abierta."

Cuando usted mira cada problema o desafío que puede presentarse en su camino como una oportunidad y no lo resiste pero lo acepta con brazos abiertos y con una actitud positiva, podrá superar el problema o desafío rápidamente, y con grandes recompensas.

Si usted confía en Dios y mantiene una actitud positiva, llegará lejos y obtendrá victoria sobre los posibles problemas.

Cuando optamos por ver los problemas desde una perspectiva positiva, empezaremos a comprenderlos constructivamente y sabremos atacar al problema. Esta actitud es infinitamente más productiva que lamentar simplemente el hecho de que usted tiene un problema, y quejarse con toda persona que le preste oído. Cuando empezamos a ver los desafíos y dificultades como oportunidades, y nos visualizamos victoriosos en el resultado del problema, se producen abundantes pensamientos positivos que trabajarán a favor nuestro. 

Cuando creas tener ante ti un problema, mas bien reflexiona, muy seguramente sera una gran oportunidad.