viernes, 10 de agosto de 2012

EMPIEZA AHORA.

                "Como está escrito: Te he puesto por padre de
                muchas gentes delante de Dios, a quien creyó, el
                cual da vida a los muertos, y llama las cosas que
                no son, como si fuesen."

                                         Romanos 4:17 


La fortuna ama a los audaces, a los que guían. En todo el mundo, en todos los países, la gente busca a quien seguir. Quiere alguien que piense por ella, que la guíe, quiere alguien a quien culpar si algo malo sucede, alguien capaz de compartir su gloria con ella si el triunfo corona sus esfuerzos.
Pero para que la gente tenga confianza en él, ese guía tiene que tener confianza en sí mismo. Un Napoleón o un Alejandro que no creyeran en sí mismo sería imposible. Eso es lo que hace invencible a los hombres: el conocimiento de su propio poder. Porque entonces no ponen límite a sus capacidades, y por consiguiente sus capacidades no tienen límite. Porque DIOS lo ve todo, lo sabe todo, lo puede todo, y nosotros participamos de ese poder absoluto al grado que nosotros mismos nos permitimos. Nuestra actitud mental es el imán que atrae la mirada de Dios hacia nosotros , todo lo que necesitamos para hacer reales nuestros deseos. Nosotros hacemos ese imán fuerte o débil si tenemos confianza o dudamos de nuestras habilidades. Nos apropiamos poderes ilimitados o no limitados a posiciones humildes de acuerdo a los que pensamos.
No hay motivo alguno que te impida aspirar a cualquier posición, a cualquier honor, porque tu mente es capaz de darte todo lo que necesitas. No es mas difícil para la mente resolver un gran problema que un problema pequeño. La mente está tan presente en tus problemas diarios como en los problemas mas importantes de una gran nación. No pongas a resolver problemas inútiles e insignificante cuando con el mismo esfuerzo podrías estar resolviendo problemas de importancia para ti mismo y para el mundo.
¡Empieza algo! Usa tu iniciativa. Dale algo con que trabajar. El mas grande de todos los secretos del éxito es la iniciativa. Esa es la cualidad que contribuye, más que cualquier otra, al triunfo de los hombres.
Concibe algo, concíbelo primero en tu mente. Forma el plan allí, y tu mente inconsciente grabará ese modelo en la energía plástica que te rodea y lo hará real.
Empújate a ti mismo, es el soñador, el hombre de imaginación, el que ha hecho avanzar el mundo. Sin él, todavía estaríamos en la Edad de Piedra.
Galileo vio la luna y soñó en alcanzarla. El telescopio fue el fruto de ese sueño. Watt soñó en lo que podía hacerse con el vapor, y las grandes máquinas de nuestros día son el resultado de aquel sueño. Franklin soñó en encadenar el rayo, y hoy día tenemos rayos artificiales.
La iniciativa, mas la imaginación es capaz de todos los triunfos. La imaginación abre los ojos de la mente, y no hay ningún bien que puedas imaginarte que no seas capaz de realizarse en tu vida diaria.
Todos los hombres quieren avanzar, crecer y desarrollarse. Aquí está el camino, aquí está a puerta, abierta para ti, ya sea que tengas educación, dinero y oportunidades, o no. Recuerda esto: tu mente inconsciente sabía mas, desde que tú estabas en la cuna que todo lo que es posible aprender en todos los libros y colegios del mundo.
Por eso, no dejes que tu falta de educación te detenga. Tu mente es capaz de hacer frente a todas las necesidades, y lo hará, si tú se lo permites. Los apóstoles eran casi todos hombres pobres e ignorantes, y sin embargo llevaron a cabo una obra que no tiene igual en los anales de la historia. Juana de Arco era una pobre pastora, que no sabía leer ni escribir, ¡Pero salvó a Francia! las paginas de la historia están sembradas con los nombres de hombres pobres e ignorantes, que pensaron grandes pensamientos, que usaron sus imaginaciones para dominar las circunstancias y elevarse sobre sus contemporáneos.
Casi todas las grandes dinastía empezaron con un hombre pobre y oscuro.. Napoleón vino de una familia pobre y humilde. Aún cuando era capitán de artillería era tan pobre, que no pudo comprarse un uniforme cuando le ofrecieron el puesto de la India, de otra manera su carrera hubiera sido diferente. Y el mundo de los negocios está lleno de hombres que apenas si tienen los rudimentos de una educación ordinaria. Fue solo después de que había ganado millones, que Andrew Carnegie empleó un tutor para que lo educara.
Por consiguiente, no es la educación lo que tu necesitas para triunfar. La educación te ayudará, pero lo esencial es ese don de Dios: ¡La Imaginación Creativa!.

Tu tienes ese don. ¡Úsalo! Aprovecha todos los pensamientos que llegan a tu mente; hazlo que trabajen y te produzcan ganancias. Piensa en las cosas, no como son, sino como PODIAN ser. Hazlas reales, vívidas e interesantes. No sueñes únicamente, ¡CREA! Luego, usa tu imaginación para hacer de esa CREACIÓN un beneficio a la humanidad. . . y también para ti mismo.

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Dios los bendiga