miércoles, 7 de noviembre de 2012

CALIDAD DEL TIEMPO.

        "No importa la cantidad de tiempo que pasamos juntos,
        si no la calidad de lo que hacemos de él."
                                                                    (Anónimo)
 
En esta época, donde es frecuente manifestar "El tiempo no alcanza para nada" es cuando toma mas relevancia, no tanto el tiempo, si no mas bien la calidad del tiempo que dedicamos a nuestros seres queridos, primordialmente a nuestros hijos. Les comparto la siguiente historia para reflexionar.
 
"Era miércoles, 8:00 a.m., llegué puntual a la escuela de mi hijo -“No olviden venir a la reunión de mañana, es obligatoria - fue lo que la maestra me había dicho un día antes.
-“¡Pues qué piensa esta maestra! ¿Cree que podemos disponer fácilmente del tiempo a la hora que ella diga? Si supiera lo importante que era la reunión que tenía a las 8:30.
De ella dependía un buen negocio y... ¡tuve que cancelarla!
Ahí estábamos todos, papás y mamás, la maestra empezó puntual, agradeció nuestra presencia y empezó a hablar. No recuerdo qué dijo, mi mente divagaba pensando cómo resolver ese negocio tan importante, ya me imaginaba comprando esa nueva televisión con el dinero que recibiría.
Juan Rodríguez!” -escuché a lo lejos -“¿No está el papá de Juan Rodríguez?”-Dijo la maestra.
“Sí aquí estoy”- contesté pasando al frente a recibir la boleta de mi hijo.
Regresé a mi lugar y me dispuse a verla. -“¿Para esto vine? ¿Qué es esto?” La boleta estaba llena de seises y sietes. Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndola para que ninguna persona viera las porquerías de calificaciones que había obtenido mi hijo.
De regreso a casa aumentó más mi coraje a la vez que pensaba:
“Pero ¡si le doy todo! ¡Nada le falta ¡Ahora sí le va a ir muy mal!” Llegue, entré a la casa, azoté la puerta y grité: -“¡Ven acá Juan!” Juan estaba en el patio y corrió a abrazarme. -“¡Papá!” -“¡Qué papá ni que nada!” Lo retiré de mí, me quité el fajón y no sé cuántos golpes le di al mismo tiempo que decía lo que pensaba de él.
“¡¡¡¡ Y te me vas a tu cuarto!!!”-Terminé.
Juan se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba.
Mi esposa no dijo nada, sólo movió la cabeza negativamente y se metió a la cocina.
Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo, mi esposa se acercó y entregándome la boleta de calificaciones de Juan, que estaba dentro de mi saco, me dijo:
-“Léele despacio y después toma una decisión...”. Al leerla, vi. Que decía: BOLETA DE CALIFICACIONES Calificando a papá:
Por el tiempo que tu papá te dedica a conversar contigo antes de dormir: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para jugar contigo: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para ayudarte en tus tareas: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica saliendo de paseo con la familia 7
Por el tiempo que tu papá te dedica en contarte un cuento antes de dormir 6
Por el tiempo que tu papá te dedica en abrazarte y besarte 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para ver la televisión contigo: 7
Por el tiempo que tu papá te dedica para escuchar tus dudas o problemas 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para enseñarte cosas 7 Calificación promedio: 6.22 Los hijos habían calificado a sus papás. El mío me había puesto seis y sietes (sinceramente creo que me merecía cincos o menos) Me levanté y corrí a la recamará de mi hijo, lo abracé y lloré. Me hubiera gustado poder regresar el tiempo... pero eso era imposible. Juanito abrió sus ojos, aún estaban hinchados por las lágrimas, me sonrió, me abrazó y me dijo: -“¡Te quiero papito" Cerró sus ojos y se durmió."

No hay recetas ni fórmulas, pues cada familia tiene sus circunstancias particulares. Sin embargo, vale la pena tener en cuenta algunas sugerencias:
  • El tiempo no es favorable ó desfavorable. Simplemente está ahí y su uso depende de la planeación que hagamos cada día; sólo así tendremos tiempo de trabajar, de descansar, de compartir con los hijos, de jugar con ellos, de leerles cuentos. En otras palabras, que haya tiempo de vida.
  • Hay que establecer prioridades. Seguir manejando el tiempo con el criterio de que solo lo destinamos a lo más urgente, nos impedirá atender lo importante.

  • Hay que “sacar tiempo” para responder a los “por qué” de los hijos. Estas son dos palabras maravillosas que los niños, todos los niños del mundo pronuncian. Cuando dejan de hacerlo, es porque nadie se tomó el tiempo en responderles, con lo que se apaga en ellos la llama de la curiosidad.

  • Es mejor dar tiempo que cosas, con ello les inculcamos una escala de valores. Muchas veces, cuando no les podemos dedicar tiempo a los hijos, tratamos de compensar esto dando juguetes ó siguiendo sus caprichos. Cuando obramos así, les estamos fomentando el criterio consumista de la sociedad actual: lo importante es tener. Cuando se da tiempo, por el contrario, el mensaje es otro: lo esencial es ser.

  • Hay que quitarle algo de tiempo a la vida moderna, la televisión, el computador, las telenovelas. Rescatarlo y devolvérselo a sus legítimos dueños: los hijos.

  • Es necesario aprender a escuchar bien, a abrir por completo la mente y el corazón al niño, con toda la conciencia de que seamos capaces.

  • Tener paciencia. Casi siempre estamos de afán y el niño no sabe de esto, por lo tanto, al hablarnos lo hace con todos los pormenores. Esto nos lleva a que casi nunca les dejamos terminar una frase ó una explicación, pues ya nos sabemos el final y nos apresuramos a cortarles la palabra con el consabido “sí, sí, ya lo sé”. Se trata pues de no hacer juicios precipitados, sino de escuchar.

  • Cuando las madres trabajan, no pueden guiar su actitud hacia los hijos con un sentimiento de culpa. Los tiempos han cambiado y en muchas familias ambos padres deben trabajar. Lo importante es organizar bien el tiempo, repartirse las cargas entre los esposos, escoger muy bien a quienes van a cuidara los niños mientras los padres están ausentes. Tratar de llamar por teléfono al niño ó niña cuando regresen del colegio, de tal forma que ellos, los hijos, comprendan que aunque la mamá no esté presente está siempre interesada en su cuidado.

Además hay condiciones especiales en las que los padres deben hacer todo lo posible por participar. Para un niño que lleva varias jornadas entrenándose o ensayando (en un equipo de fútbol, obra de teatro, coro,etc.), es muy importante saber que sus padres estarán con él el día del “estreno”.
Por último, reiteremos una vez más que las dos cosas más importantes que los padres puedan dar a sus hijos son: AMOR Y TIEMPO.