domingo, 20 de octubre de 2013

A GRANDES PROBLEMAS........

                    " No le digas a Dios que tan grande son tus
                      problemas, dile a tus problemas que tan 
                      grande es Dios!"



Un anciano maestro Hindú se cansó de las quejas de su

aprendiz así que, una mañana, le envió por algo de 

sal. Cuando el aprendiz regresó, el maestro dijo al joven 

infeliz que pusiera el puñado de sal en un vaso de agua y 

luego se la bebiera.

-“¿A qué sabe?” preguntó el maestro.


-“Amargo,” escupió el aprendiz.


El maestro rió entre dientes y entonces le pidió al joven 

tomar la misma cantidad de sal en la mano y ponerla en el 

lago. Los dos caminaron en silencio al lago cercano y una 

vez que el muchacho lanzó al agua su manotada de sal el 

viejo le dijo: “Ahora bebe del lago.”


En cuanto el agua se escurría por la quijada del joven, el 

maestro le preguntó: “¿A qué sabe?”


-“Fresca,” comentó el aprendiz.


-“¿Te supo a sal?”

-“No,” dijo el joven.


En esto el maestro se sentó al lado de este chico que le 

recordaba a sí mismo y le tomó sus manos:


“El dolor de la vida es pura sal; ni más, ni menos. La 

cantidad de dolor en la vida permanece exactamente la 

misma. Sin embargo la cantidad de amargura que

probamos depende del recipiente en que ponemos la pena. 

Así que cuando estás con dolor, la única cosa que puedes 

hacer es agrandar tu sentido de las cosas. Deja de ser un 

vaso. Conviértete en un lago.”

Es de la misma forma en muchas veces vemos nuestros 

problemas "inmensamente grandes" por lo tanto pensamos 

que ante esta inmensidad de problema la solución debe ser 

directamente proporcional, o sea, inmensamente 

complicada, por lo tanto algunas veces ni siquiera 

intentamos solucionarlos. Pero quiero decirte que muchas 

veces, aquellos problemas inmensamente grandes, tienen 

soluciones realmente pequeñas e increíbles.

¡No compliques tu vida, tu trabajo!.. Concibe la solución 

más simple... Aprende a centrarte en las soluciones... ¡No 

en los problemas!.............. mira bien lo que haces!!! y 

escoje lo mejor!.... A manera de ejemplo deseo compartirte 

las siguientes anécdotas:

1.  Cuando la NASA comenzó con el lanzamiento de 

astronautas al espacio, descubrieron que los bolígrafos no 

funcionarían sin gravedad (o con gravedad cero), pues la 

tinta no bajaría hasta la superficie en que se deseara 

escribir.

Resolver este problema, les llevó 6 años y 12 millones de 

dólares. Desarrollaron un bolígrafo que funcionaba: bajo 

gravedad cero, al revés, debajo del agua, prácticamente en 

cualquier superficie incluyendo cristal y en un rango de 

temperaturas que iban desde abajo del punto de 

congelación hasta superar los 300 grados centígrados. 

Pero los rusos encontraron una solución a cero 

costo: Utilizaron un lápiz! 

2. Uno de los más memorables casos de estudio de la 

gestión japonesa fue el caso de la caja de jabón vacía, que 

ocurrió en una de las más grandes empresas de cosmética 

de Japón. La compañía recibió la queja de un consumidor 

que compró una caja de jabón y estaba vacía... 

Inmediatamente las autoridades aislaron el problema a la 

cadena de montaje, que transportaba todas las cajas 

empaquetadas de jabón al departamento de reparto. Por 

alguna razón, una caja de jabón pasó vacía por la cadena 

de montaje. 


Los altos cargos pidieron a sus ingenieros que encontraran 

una buena y rápida solución del problema. 

Los ingenieros se lanzaron a su labor para idear una 

máquina de rayos X con monitores de alta resolución 

manejados por dos personas y así vigilar todas las cajas de 

jabón que pasaran por la línea para asegurarse de que no 

fueran vacías. Sin duda, trabajaron duro y rápido. 

que hizo una pequeña empresa que no tenia dinero para 


tanta tecnología? 


Cuando a un empleado común en una empresa pequeña 

se le planteó el mismo problema, no entró en 

complicaciones de rayos X, robots, equipos informáticos o 

complicados; en lugar de eso planteó otra solución: Compró 

un potente ventilador industrial y lo apuntó hacia la cadena 

de montaje. Encendió el ventilador, y mientras cada caja 

pasaba por el ventilador, las que estaban vacías 

simplemente salían volando de la línea de producción. 


"La dimensión de tus problemas esta en la mente, 

lo fácil o complicado de la solución esta en tu 

voluntad."

A SOLO UN PASO

                      "La ambición es el último refugio del fracaso."

                                                Oscar Wilde.


Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente, que como todo sirviente de rey triste, era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey cantando y tarareando alegres canciones. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre.
Un día el rey lo mandó a llamar.
Paje -le dijo- ¿cuál es el secreto?
¿Qué secreto, Majestad?
¿Cuál es el secreto de tu alegría?
No hay ningún secreto, Alteza.
No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.
No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto.
¿Por qué está siempre alegre y feliz? ¿eh? ¿por qué?
Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿cómo no estar feliz?
Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar -dijo el rey-.. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.
Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando…
Vete, ¡vete antes de que llame al verdugo!
El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación.. El rey estaba como loco. No consiguió explicarse cómo el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y ,alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.
¿Por qué él es feliz?
Ah, Majestad, lo que sucede es que él está fuera del círculo.
¿Fuera del círculo?
Así es.
¿Y eso es lo que lo hace feliz?
No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.
A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz
Así es.
¿Y cómo salió?
¡Nunca entró!
¿Qué círculo es ese?
El círculo del 99.
Verdaderamente, no te entiendo nada -dijo el Rey-.
La única manera para que entiendas, sería mostrártelo en los hechos.
¿Cómo?
Haciendo entrar a tu paje en el círculo.
Eso, ¡obliguémoslo a entrar!
No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.
Entonces habrá que engañarlo.
No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrará solo en el círculo.
¿Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?
Si, se dará cuenta.
Entonces no entrará.
No lo podrá evitar.
¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir?
Tal cual. Majestad, ¿estás dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo?
Sí Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos. 99!
¿Qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso?
Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.
Hasta la noche.
Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje. Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía: “Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste”.
Luego ató la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeó y volvió a esconderse. Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban desde detrás de unas matas lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados de la puerta y entró a su hogar.
El rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena. El sirviente ingresó presuroso a su hogar y con su brazo arrojó al piso todo lo que había sobre la mesa, dejando sólo la vela. Se sentó y vació el contenido de la bolsa… Sus ojos no podían creer lo que veían. ¡Era una montaña de monedas de oro! El, que nunca había tocado una de estas monedas, tenia hoy una montaña de ellas. El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacía brillar a la luz de la vela, las juntaba y desparramaba, hacía pilas de monedas. Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, seis…. y mientras sumaba 10, 20, 30, 40, 50, 60….hasta que formó la última pila: ¡9 monedas!
Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más. Luego el piso y finalmente la bolsa. «No puede ser», pensó. Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era más baja.
Me robaron -gritó- ¡me robaron!
Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, vació sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro “sólo 99″. -99 monedas es mucho dinero- pensó. Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un número completo -pensaba- Cien es un número completo pero noventa y nueve, no.
El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus, por el que se asomaban los dientes. El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguien de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña. Luego tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos. ¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien?
Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico.
Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario. «Doce años es mucho tiempo», pensó. Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. Y él mismo, después de todo, él terminaba su tarea en palacio a las cinco de la tarde, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra por ello. Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero. ¡Era demasiado tiempo!
Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender… vender… vender…
Estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa de invierno? ¿Para qué más de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien. El rey y el sabio, volvieron al palacio. El paje había entrado en el círculo del 99…
Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de pocas pulgas.
¿Qué te pasa?- preguntó el rey de buen modo.
Nada me pasa, nada me pasa.
Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.
Hago mi trabajo, ¿no? ¿Qué querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también?
No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.

Disfruta el sol y su calor, al igual que la lluvia que hace crecer el planeta.

Disfruta de tu vida cuando no haya problemas, al igual que de los problemas que te enseñan a apreciar los momentos de paz.

Disfruta la quietud del mar y disfruta de la tempestad, pues sólo aquel que realmente ha vivido la tormenta, puede apreciar la quietud.

Disfruta de tus amigos y disfruta de quienes no lo son, te enseñan a saber valorar y cuidar los que tienes.


Disfruta de tu salud, pues es un regalo de Dios,y disfruta de la enfermedad, pues te hace valorar la salud.

Disfruta de tu trabajo, miles no lo tienen y se mueren de hambre.
Cada día es un regalo precioso, con cosas que nos agradan o no, la clave de la felicidad es contrastar los malos momentos, que son minoría, con los maravillosos momentos que vives cada día.

La próxima vez, no pienses en lo malo, sino en lo bueno que mayormente tienes en tu vida, y que gracias a ese momento, no tan agradable, verdaderamente apreciarás.

Disfruta de lo que tienes, es preferible que mortificarse por lo que te hace falta. De cada 100 pasos Dios da 99 por nosotros, el solo nos pide que demos uno, el restante el que falta para completar ese cien por ciento. Ese debe ser el paso que nos lleve a la felicidad, a la prosperidad, a lograr alcanzar lo que hasta el momento nos ha parecido imposible. Ese debe ser el paso mas importante en nuestra vida....ese debe ser el paso de aceptar a Jesús en nuestra vida como único y verdadero salvador.

Si estas preparado para dar ese paso te invito a que hagas la siguiente oración:


Señor Jesús, yo te acepto como mi único y 
suficiente Salvador de mi vida y de mi alma. 
Señor Jesús, 
perdóname todo lo que te he ofendido
de pensamiento, palabra y obra; 
lávame y límpiame con tu preciosa sangre; 
escribe mi nombre en el libro de la vida.
Sellame con tu Espíritu Santo 
Gracias Señor; Amén.