sábado, 11 de agosto de 2012

DIOS YA TE PERDONO.

                "Puedo perdonar, pero no olvidar'', es sólo otra
                forma de decir, "No puedo perdonar.''
 
                                         Henry Ward Beecher.
 

Un día Jesús estaba enseñando a la gente dentro de una casa. Lo rodeaba una gran multitud de personas, ansiosas por escucharlo. Afuera, unos hombres buscaban la manera de llegar a Jesús para que curara a un hombre paralítico, al que llevaban acostado en un camita. Al no poder llegar a Jesús, subieron al techo de la casa, y por las tejas lo bajaron y lo mostraron frente a Jesús. Cuando Jesús vio esa muestra de fe y valor, dijo "Hombre (el paralítico), tus pecados te son perdonados".
Los fariseos y maestros de la Ley, los "santos" y hombres "morales", se indignaron contra Jesús por atreverse a perdonar los pecados de aquel hombre, algo que sólo Dios puede hacer. Pero Jesús tenía autoridad para perdonar pecados.
Y les preguntó:
¿Qué razonan en sus corazones? ¿Qué es más fácil?,
¿decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’?

El hombre, sano, curado de su condición, tomó su cama y se fue. Sano.
 Reflexionando sobre nuestra condición ante Dios, hemos de admitir que tenemos y sentimos el peso de nuestros errores. De nuestros desaciertos cometidos.

Lamentamos haber hecho algo, o no haber hecho lo que teníamos que hacer. O haber dicho esas palabras de más...


La sensación de errar, tan humana, es universalmente conocida. La rabia, el dolor y la impotencia, son conocidos, porque lo hemos vivido.


Jesús, que era perfecto, sabía lo que era el error. La sensación de fracaso. No por haberlo cometido, sino por entendernos, por saber cómo somos.
¿Cuántas personas se sienten pecadoras, culpables, abandonadas por Dios? ¿Que no valen? ¿Que son un fracaso? ¿Que su vida no tiene un "mañana"? ¿Que no son dignas de lo mejor de la vida? Muchas.

Llama la atención el hecho de que Jesús primero perdonara los pecados del paralítico, y luego lo sanara de su condición.

Hay una conexión entre la salud emocional y espiritual, y la salud física.

La actitud dominante de Dios es la de ser un padre amoroso que cuida y protege a sus hijos. Dios es AMOR.

Lamentablemente, las religiones han pintado un cuadro de Dios "moralista", en el que la condenación y la sensación de ser "pecador" se acentúan. Y en ese cuadro, no hay la iamgen de un Dios que es AMOR, que desee tenderte la mano y ayudarte a parar.

No, Dios no ha cambiado. Lo bueno es bueno, y lo malo es malo.


Pero Dios es amor. ¿Dónde queda el amor de Dios por nosotros si pensamos que somos pecadores, imperfectos, unos buenos para nada, etc., etc.?
Esa actitud no nos ayuda. Para nada.

Las religiones no ayudan a formar personas que se beneficien plenamente del amor de Dios, y que tengan como motivación el sentirse amadas por Jehová, deseosas de tener una vida mejor. De levantarse y seguir adelante.

¿Puede algún humano perdonar pecados, o decir que Dios no perdona a alguien? No.

¿Debería sentirse abandonada, lejos de Dios, la persona que haya cometido un error, pero que esté cambiando su proceder? No.

Tod@s, en algún momento de nuestra vida, necesitamos escuchar a Jesucristo decirnos "tus pecados te son perdonados, ¡levántate y anda!"

Sentirse en el suelo, caíd@, derrotad@, sin esperanza, creyendo que no hay salida, no hay un mañana, esa es la triste condición de muchas personas hoy en día.

Si estamos en el suelo económicamente, afectivamente, o en nuestro sentido de espiritualidad, el mensaje de Jesucristo, si nos hablara, sería el mismo que dijo a este hombre:

Levántate y anda...






































































































No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te agradezco grandemente, tus comentarios, ellos ayudaran a mejorar el contenido de esta pagina, ademas de los capitulos de mi futura publicacion, de la cual comparto tambien algunos apartes.

Dios los bendiga