"Estamos hechos de cicatrices, depende de
nosotros cerrarlas o dejarlas sangrar."
Luciano Arcuri.
Paulo Coehlo, manifiesta lo siguiente con respecto a cerrar ciclos en nuestras vidas:
"Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si
insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría
y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando
capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de
la vida que se van clausurando.
¿Terminó tu trabajo? ¿Se acabó tu relación? ¿Ya no vives
más en esa casa? ¿Debes irte de viaje? Puedes pasarte mucho tiempo de tu
presente "revolcándote" en los porqués, en devolver el cassette y tratar de
entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque
en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos
encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar
con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni
siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay
que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni
empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar
vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos,
regalar presentes, cambiar de casa,
romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores
de superación.
Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con
las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir,
hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el
presente...
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no
esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú... Suelta el resentimiento.
El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que
consigue es dañarte lentamente, envenenarte y amargarte.
La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por
la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni
vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?,
¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras
que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y
ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que
no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí
en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en
ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una
persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú
viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre
vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el
adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se
puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es
costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena,
despréndete, sacúdete, suéltate.
Hay muchas palabras para significar salud mental y
cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para
adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!”
No olvides que necesario e indispensable en nuestras vidas, solo debe ser nuestro creador....Dios.
Salmo 144:
"Bendito sea Jehová, mi roca,
Quien adiestra mis manos para la batalla,
Y mis dedos para la guerra;
Quien adiestra mis manos para la batalla,
Y mis dedos para la guerra;
Misericordia mía y mi castillo,
Fortaleza mía y mi libertador,
Escudo mío, en quien he confiado;
El que sujeta a mi pueblo debajo de mí.
Fortaleza mía y mi libertador,
Escudo mío, en quien he confiado;
El que sujeta a mi pueblo debajo de mí.
Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses,
O el hijo de hombre, para que lo estimes?
O el hijo de hombre, para que lo estimes?
El hombre es semejante a la vanidad;
Sus días son como la sombra que pasa.
Sus días son como la sombra que pasa.
Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende;
Toca los montes, y humeen.
Toca los montes, y humeen.
Despide relámpagos y disípalos,
Envía tus saetas y túrbalos.
Envía tus saetas y túrbalos.
Envía tu mano desde lo alto;
Redímeme, y sácame de las muchas aguas,
De la mano de los hombres extraños,
Redímeme, y sácame de las muchas aguas,
De la mano de los hombres extraños,
Cuya boca habla vanidad,
Y cuya diestra es diestra de mentira.
Y cuya diestra es diestra de mentira.
Oh Dios, a ti cantaré cántico nuevo;
Con salterio, con decacordio cantaré a ti.
Con salterio, con decacordio cantaré a ti.
Tú, el que da victoria a los reyes,
El que rescata de maligna espada a David su siervo.
El que rescata de maligna espada a David su siervo.
Rescátame, y líbrame de la mano de los hombres extraños,
Cuya boca habla vanidad,
Y cuya diestra es diestra de mentira.
Cuya boca habla vanidad,
Y cuya diestra es diestra de mentira.
Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud,
Nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio;
Nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio;
Nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano;
Nuestros ganados, que se multipliquen a millares y decenas de millares en nuestros campos;
Nuestros ganados, que se multipliquen a millares y decenas de millares en nuestros campos;
Nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo;
No tengamos asalto, ni que hacer salida,
Ni grito de alarma en nuestras plazas.
No tengamos asalto, ni que hacer salida,
Ni grito de alarma en nuestras plazas.
Bienaventurado el pueblo que tiene esto;
Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová."
Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová."
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