lo que está bien."
William Shakespeare.
En
una ocasión dos hombres caminaban rumbo a un pueblo llamado Emaús que estaba a
11 km. de Jerusalén, iban un poco aturdidos y tristes, en el camino se acerca
un hombre que aparentemente no sabía que 3 días antes habían acontecido sucesos
muy desagradables contra el profeta de Israel, pues lo habían asesinado. Así
que ese hombre les empezó a dar toda una cátedra sobre el cumplimiento de las
profecías del Antiguo Testamento, desde Moisés hasta los profetas. Después de
esta charla, ellos reconocieron que era Jesús de Nazaret quien les hablaba
durante el camino. Ellos expresaron algo importante: Lucas 24:32 ¿No
ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y
nos explicaba las Escrituras?
El
primer apodo que tuvieron los cristianos fue “los del camino”. El camino simboliza
movimiento, trayectoria, curso, meta, dirección. La vida cristiana no es algo
estático, es movimiento, es práctico. El camino está relacionado con la
enseñanza de la Biblia. Tenemos muchos ejemplos que nos afirman esto: los
caminantes de Emaús fueron instruidos con la Escritura durante el camino, hacia
ese pueblo, Deuteronomio aconseja a los padres a repetir las enseñanzas de la
ley a sus hijos cuando vayan por el camino (Dt. 6: 7), el salmista dice que
instruye al niño en su camino y no se apartará de él, y podría citar diversos
versículos que afirman lo mismo. Pero lo más importante es lo que pude producir
en ti, la enseñanza de la Escritura. Los caminantes de Emaús, dijeron que ardía
sus corazones mientras eran instruidos en el camino, porque su rumbo, su camino
empezaba a tener sentido y propósito, es decir, VIDA.
La
Biblia es muy clara al decir que sólo hay dos tipos de caminos. Imagínate que
estás parado en medio de una “Y”, justo donde se divide, tienes dos opciones, a
la izquierda o a la derecha, ¿cuál tomarías? Sólo hay dos caminos, el camino de
la vida o el camino de la muerte. Deuteronomio 30:15-19 dice: Hoy
te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal. Hoy te
ordeno que ames al Señor tu Dios, que andes en sus caminos, y que
cumplas sus mandamientos, preceptos y leyes… te he dado a elegir entre la vida
y la muerte, entre la bendición y maldición. Elige, pues, la vida, para que
vivas tú y tus descendientes. Sólo tenemos dos opciones, sólo dos
caminos, la vida o la muerte. ¿Qué camino te gusta? Dios tiene reservadas
grandes promesas si optas por la vida. Tal vez alguien pregunte, no habrá un
tercero, uno en medio de esos dos caminos. No. Muchos han intentado crear un
tercer camino en donde todo es según el cristal con que lo mires. Esto es
falso, siempre habrá dos caminos, nos gusto o no nos guste.
Habrá
otro que pregunte, cómo distinguir entre el camino de la vida y el camino de la
muerte. Jesús nos da la respuesta a esta pregunta. Mateo 7:13-14 La
entrada que lleva a la perdición es ancha. El camino hacia allá es fácil
de seguir. ¡Mucha gente pasa por esa entrada! Pero la entrada que lleva a la
vida es muy estrecha. El camino hacia allá es muy difícil de seguir. Por
eso, son pocos los que la encuentran. Entren por la entrada estrecha, pues ella
nos lleva a la vida. Por naturaleza propia, tendemos a caminar
por el camino ancho porque es fácil de seguir, no implica un compromiso, no
exige un cambio o límites. Es el camino que responde a tus deseos más íntimos e
insatisfechos; es el que responde a nuestro pecado, porque esa es nuestra
naturaleza. En cambio, el camino de vida es un camino de compromiso, de
perfección, de sabiduría, camino de esperanza, camino de salvación y vida
eterna. Es el camino que no a todos gusta andar, porque no responde a la carne,
sólo responde al Espíritu, por eso es camino estrecho, no cualquiera anda por
ahí. Exige un cambio de naturaleza, un corazón de carne.
Esto
es lo que estudiaremos en el Salmo 119. Los expertos en Biblia lo llaman un
“devocional sobre la Palabra de Dios”. El autor refleja una pasión por la
Palabra de Dios como palabra de vida. Su exposición de las virtudes de la
Palabra de Dios, las presenta en forma de un acróstico con el alfabeto hebreo.
El Salmo está dividido en 22 partes que corresponde a cada letra del alfabeto,
en hebreo comienza el primer versículo de cada sección con la inicial del
alfabeto, esto lo pueden ver en sus Biblias, alef es el nombre de la primera letra hebrea.
Perfecto implica un proceso.
Algunos
han definido como perfecto lo que no tiene error o defecto. Cuando decimos que
nadie es perfecto, queremos decir que no existe alguna persona que carezca de
error o defecto. De hecho, todos tenemos errores y defectos; de esta forma,
cualquiera puede excusarse de ser perfecto, porque nadie lo va a lograr. Sin
embargo, en la Biblia, la palabra perfecto, no sólo significa lo que no tiene
mancha, error o defecto, también significa meta o fin. Si decimos que ser
perfecto significa una meta o una finalidad, implica entonces que existe un
proceso para llegar a ese fin. Dice la Biblia: Mateo 5:48 Sed, pues, perfectos, como
vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Esta es la meta, pero
implica un proceso para llegar a este estado. Ningún ser humano puede lograr
ser como Dios por sí mismo. Pero puede llegar a ser perfecto.
Cuando
el ser humano fue creado a imagen de Dios, lo creó perfecto, sin pecado, si
defecto, pero la entrada del pecado estropeó su perfección, por eso la
invitación que tenemos de ser perfecto, significa que debes estar en un proceso
cuya finalidad es el regreso al origen, así lo dice Eclesiastés 7:29 Dios
hizo perfecto al género humano, pero éste se ha buscado demasiadas
complicaciones. Dios nos provee de un recurso para ser perfectos, la
santificación. La santificación es parte de ese proceso de perfección, donde
cada día puedes ser perfecto hasta llegar a la meta de ser perfecto en el plan
de Dios, pero la manera en que puedes ser perfecto es por medio de la Palabra
de Dios, porque ella te da el conocimiento para ser perfecto cuando pones por
obra todo lo que está escrito. El primer versículo del Salmo 119:1 lo dice
claramente: Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la
ley del Señor.
Los
que caminan por la perfección pueden esperar dos cosas:
Tener la capacidad de cumplir
con la voluntad de Dios.
Cumplir
con la voluntad de Dios, significa, obedecer su Palabra. La obediencia nos
lleva a la perfección. La obediencia a la voluntad de Dios es el camino de la
perfección. Se dice fácil obedecer la voluntad de Dios, pero en realidad, nos
cuesta trabajo cumplirla, dice el Salmo 119:3 que los que hacen la voluntad de
Dios, Jamás hacen nada malo, sino que siguen los caminos de Dios.
Para que esto suceda, debe haber un cambio en tu vida. Nadie puede cumplir con
la voluntad de Dios, requieres al Espíritu Santo. El propósito de Dios para
muestras vidas es que seamos como Cristo, porque Cristo siempre cumplió con la
voluntad de su Padre. Lo que hace el Espíritu Santo es cambiar tu corazón y prepararte
cada día para cumplir con la voluntad de Dios.
Esto
hace que tengas que renunciar a la voz de tu voluntad y a hábitos que van en
contra de la voluntad de Dios, para actuar de manera diferente. El Espíritu
Santo utiliza la Palabra de Dios para hacernos como el Hijo y cumplir con la
voluntad de Dios. La Palabra de Dios es diferente a cualquier otra palabra. Es
viva. Jesús dijo en Juan 6:63 Las palabras que le he hablado son espíritu
y son vida. Cuando Dios habla, las cosas cambias. La Biblia demás de
una guía doctrinal. ¡Genera vida, crea fe, produce cambios, realiza milagros,
sana heridas, edifica el carácter, transforma las circunstancias, imparte
alegría, supera la adversidad, derrota la tentación, infunde esperanza, libera
poder, limpia nuestras mentes, hace que las cosas existan y garantiza nuestro
futuro para siempre! La Palabra de Dios es el alimento espiritual que debes
tener para cumplir con la voluntad de Dios.
Lo
segundo es…
Esto
es una gran promesa que la Biblia otorga
al que camina por la trayectoria de la perfección. El salmista dice en
el Salmo 119:6 No tendré que pasar vergüenzas cuando considere todos tus mandamientos.
El sentido de pasar vergüenza que menciona el autor es la seguridad de no ser
abandonado en la pobreza, o en la enfermedad o en manos de enemigos. Pero esa
seguridad no la tiene en sí mismo, sino en Dios, porque si cumples con los
preceptos de su Palabra, la seguridad que debes tener es que él te brindará
ayuda en los momentos más difíciles de tu vida, no te dejará a tu suerte, no
importa qué tan grave sea tu enfermedad, no importa qué tan duro sea tu
problema económico, o qué difícil está tu situación familiar.
La
esperanza que debes tener es que Dios siempre está a tu ayuda en los momentos difíciles
de tu vida, Isaías 41:10 Así que no temas, porque yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te
sostendré con mi diestra victoriosa. Lo único que debes hacer para que
se cumpla esta promesa en ti, es caminar conforme a la Palabra de Dios, eso te
llevará a la perfección.
Hay
un par de cosas que debes tener presente en este punto. Cómo estar seguro de
que Dios te ayuda; primero, debes
confiar en que Dios cumplirá sus promesas. Durante las pruebas
difíciles debes depender pacientemente de las promesa de Dios y no de tus
emociones; debes tener presente que Dios te está conduciendo en el camino de la
madurez y de la perfección. No te preocupes por tus preocupaciones. El carácter
de Dios no cambia con las circunstancias. La gracia de Dios todavía tiene toda
su fuerza; él todavía está de tu lado, aunque no lo sientas. Cuando Job sintió
la ausencia de Dios, siguió dependiendo de su Palabra, Job 23:12 No me
he apartado de los mandamientos de sus labios; en lo más profundo de mi ser he
atesorado las palabras de su boca.
Lo
segundo es, que debes recordar lo que
Dios hizo por ti. ¡El hijo de Dios murió por ti! Tienes la vida
eterna y el perdón de los pecados. Si esto hizo por ti, qué no hará por ti en
esta vida; lo dio todo para que lo tuvieras todo, para que fueras perfecto. Por
esta razón, la enseñanza de la Escritura es que tú fueras perfecto, es decir,
estar en un proceso continuo cuya meta es ser como originalmente Dios te creó:
¡PERFECTO!
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Dios los bendiga