"La creatividad es el resultado de un duro y
sistemático trabajo."
Peter Drucker
Cuando
una idea “nos quema la cabeza”, crece nuestra necesidad de logro, “nuestro need
of achievment” como se dice en inglés, explota esa angustia con esperanza que
nos moviliza a hacer y percibimos, nos percibimos en extrema
soledad…
Esa sensación de completa orfandad que nos invade para llevar adelante nuestro
proyecto, nos obliga que hagamos un inventario de todo lo que
contamos.
“... si usted comienza con una
clara percepción de sus propias capacidades y carencias, tendrá muchas más
posibilidades de éxito”.
Nos
tenemos a nosotros, nuestra pasión y entusiasmo, fantástico combustible que nos
lleva lejos, muy lejos.
Tenemos
nuestra perseverancia, que no es otra cosa que una terquedad creativa, insistir
por diferentes caminos y nunca bajar los brazos. ¿Tenemos paciencia?, claro,
debemos esperar que las cosas maduren, mientras nosotros proactivamente las
ayudamos a madurar. ¿Tiene suficiente paciencia para
empezar de a poco?
¿Nos
sentimos cómodos “estirando” las reglas?, sabemos
que ahora por delante siempre vamos a vivir en el límite de la cornisa,
postergando gratificaciones inmediatas en procura de “nuestra gran
gratificación”, que nunca sabremos bien cuál es.
¿Estás preparado para ganarte
enemigos poderosos?, tu producto o servicio les va a patear el chiquero…, nunca
los consideres enemigos, cataliza las emociones propias y ajenas, ¿quién te dice
que pueda transformarse en tu mejor cliente, tu gran proveedor o en el mejor
socio, la inteligencia siempre gana, recuerda que la confrontación es el último
recurso. De última, lee la
Biblia y aprende de David.
La velocidad con la cual te muevas
es tu fortaleza, ¿estás dispuesto a cambiar rápidamente de estrategia?, esto
generalmente es un asunto de cabeza y no tanto de recursos y menos de
mercado.
¿Tienes habilidad negociadora?,
esto es tu gran capital, fundamentalmente para formar tu “empresa virtual”, tu
red de contactos!
Ya que estamos para el inglés, tu
“networking”, tu empresa virtual de gente que trabaja para ti. Para que eso
suceda, previamente debes trabajar para “ellos”, las cosas que vos les debes
brindar antes a los demás. Porque hacer networking es mucho más que acumular
tarjetas personales o sumar amigos en Facebook. Es crear relaciones íntegras,
de forma tal que como dice Hernán Herrera, “el amor que tendrás, es igual al
amor que diste”. Si sólo te acuerdas de “ellos” cuando los necesitas, desde ya
te digo que no haces networking.
Para desarrollar una red de
contactos eficiente se requiere cabeza abierta y tolerancia con la ambigüedad y
lo distinto, si sólo desarrollas contactos con similares a vos, será una “red
espejo”, que te brindará lo que ya eres, lo que ya tienes, cero creatividad y
nada de lo que te falta a vos, de lo que te complementa.
Repasando todo este inventario
anterior, los recursos disponibles aparentan ser más que
suficientes.
No obstante tenemos un recurso
escaso y fijo, nuestra capacidad de “atención”. Los humanos disponemos de 110
bits para atender y gastamos sesenta bits (60 bits) para atender plenamente lo
que dice quién nos habla, cuando leemos y comprendemos, etc. Eso si somos
hombres, ya que las mujeres han desarrollado la capacidad de atender varias
cosas al mismo tiempo, en una excelente demostración que la práctica es capaz de
potenciar las capacidades humanas, y la dejo por acá antes que una feminista
diga que es una capacidad innata de los “seres superiores”
(jaja).
Entonces digamos que algunos
humanos tienen capacidad de atención limitada, cuando atender
es dirigirse o extenderse hacia algo. Entonces el pensamiento se convierte en
percepción y se manifiesta como una disposición física y mental para seleccionar
y elegir.
La
atención es la función clave en el estudio, en el trabajo, en los negocios, para
emprender y en todo lo que se hace. La lectura es la actividad en la cual el
hombre se destaca por ser el único que aprendió a tallar el alfabeto en su
cerebro. Sin embargo, la mente se dispersa porque las ideas parásitas impactan
al lector. Ocurre que las partes ociosas del cerebro reclaman atención, y así
como los que no hacen nada molestan, del mismo modo las partes ociosas no
permiten lograr concentración. Es que la mente -vagabunda por naturaleza- salta
de un tema al otro sin cesar. Le cuesta atender por períodos largos.
Atención
significa regalo, su sinónimo es presente, quizás porque la atención se
manifiesta en el ahora y no como la memoria en el antes o el proyecto en el
después. Atención es también tener cuidado o descubrir oportunidades como la de
percibir que la botella por la mitad está medio llena y no medio vacía.
El
psicoanalista sabe cambiar la atención por la atención flotante y detectar el
mensaje oculto detrás las palabras. Aquí la atención ayuda a que emerja la
verdad.
La
mentalidad de bombero que corre sin advertir lo importante, plantea la
diferencia entre la eficiencia o hacer las cosas bien y la eficacia o hacer lo
que vale la pena. Se trata de aprender a cambiar la atención hacia lo que tiene
valor, de ganar y no de perder el tiempo.
Una
cosa es distraerse y otra hacerse el distraído. Hay que notar si la persona se
da cuenta pero prefiere mirar para otro lado. La mayoría de las personas son
selectivamente distraídas e intermitentemente atentas. Mareados por el estrés de
lo urgente y preocupados por su beneficio dejan en el olvido a los olvidados de
siempre, los excluidos del sistema.
Nos
sobran recursos, entonces aprendamos a manejar la atención que tiene límites:
1. No conviene dividir la atención, es mejor hacer una cosa por vez.
2. Hay que actuar con precisión y velocidad, los métodos son el capital de la atención.
3. No existe mejor remedio que hacer lo que nos gusta.
4. Es importante la claridad en el querer. Séneca dijo: “No existen vientos favorables para el que no sabe a qué puerto quiere arribar”.
5. Es necesario evitar el piloto automático para no perder oportunidades.
6. Sostenido por el pensamiento positivo el interés es el aliado emocional de la atención. Aprendiendo a usar el cerebro se logra que la atención se transforme en concentración. Recordemos que el 20% de lo que hacemos produce el 80% de los resultados, por eso conviene centrar la atención en el 20% productivo. Si la mente se atasca lo mejor es alinear el foco de atención con la asignación de importancia. Administrar el tiempo es administrar la mente y así no habrá recursos escasos.
1. No conviene dividir la atención, es mejor hacer una cosa por vez.
2. Hay que actuar con precisión y velocidad, los métodos son el capital de la atención.
3. No existe mejor remedio que hacer lo que nos gusta.
4. Es importante la claridad en el querer. Séneca dijo: “No existen vientos favorables para el que no sabe a qué puerto quiere arribar”.
5. Es necesario evitar el piloto automático para no perder oportunidades.
6. Sostenido por el pensamiento positivo el interés es el aliado emocional de la atención. Aprendiendo a usar el cerebro se logra que la atención se transforme en concentración. Recordemos que el 20% de lo que hacemos produce el 80% de los resultados, por eso conviene centrar la atención en el 20% productivo. Si la mente se atasca lo mejor es alinear el foco de atención con la asignación de importancia. Administrar el tiempo es administrar la mente y así no habrá recursos escasos.
Recuerda
que si algún día te sientes sólo e indefenso: “Párate frente a un espejo y verás
la mayor fuente de recursos intangibles a tu disposición”. Daniel Brown
Rafael
Rubio
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Dios los bendiga