lunes, 23 de julio de 2012

UN POCO DE TOLERANCIA

                        "En lugar de censurar a la gente, tratemos de
                        comprenderla. Tratemos de imaginarnos por
                        qué hacen lo que hacen. Eso es mucho más
                        provechoso y más interesante que la crítica; y
                        de ello surge la simpatía, la tolerancia y la
                        bondad."
 
                                                Dale Carnegie.


En un país tan marcado por la violencia a lo largo de su historia, es conveniente tomar parte de cada día y reflexionar sobre la tolerancia.

Ser tolerante es lo mismo que ser respetuoso, indulgente y considerado con los demás. Es una cualidad personal que se define como el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás, aunque sean diferentes o contrarias a las nuestras. Ser tolerante es ser condescendiente y permisivo con alguien a causa de las circunstancias que medien, es no impedir que haga lo que éste desee, es aceptar y admitir la diferencia o la diversidad.
Para que los niños establezcan buenas relaciones con sus semejantes, es necesario que aprenda a ser tolerante desde muy pequeño.
Podríamos definir la tolerancia como la aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona...
La tolerancia si es entendida como respeto y consideración hacia la diferencia, como una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de obrar distinta a la propia, o como una actitud de aceptación del legítimo pluralismo, es a todas luces una virtud de enorme importancia.
El mundo sueña con la tolerancia desde que es mundo, quizá porque se trata de una conquista que brilla a la vez por su presencia y por su ausencia. Se ha dicho que la tolerancia es fácil de aplaudir, difícil de practicar, y muy difícil de explicar.
La importancia de la tolerancia radica en la posibilidad que nos otorga de convivir en un mismo espacio con personas de diferentes culturas o con diferentes creencias. La tolerancia es la que nos permite vivir en armonía en un mismo país con personas que profesan diferentes religiones, que apoyan otras tendencias políticas, que poseen una condición sexual diferente, etc. La tolerancia no sólo es aplicable a nivel de país, sino que es algo que debemos desarrollar en nuestros hogares con aquellas personas a las que más queremos, como nuestra familia y amigos, así como también, a nivel mundial, donde se intenta convivir en armonía con un sinnúmero de culturas y personas muy diversas.
Como vemos, la tolerancia se encuentra en estrecha relación con el respeto, pudiendo así ser capaces de aceptar las diferentes opiniones en torno a un mismo tema, aceptando y respetando las diferencias étnicas, sociales, culturales y religiosas, entre otras, teniendo siempre en cuenta que aquello que estemos respetando no atente contra la integridad y los derechos de las personas, animales y el medio ambiente.

Una de las mayores dificultades en torno al ejercicio de la tolerancia, encontrar el punto en el que ya no hay que tolerar. En otras palabras, se trata de la dificultad de establecer el límite entre lo tolerable y lo intolerable. Tal es la dificultad de esto, que se ha constituido como un verdadero problema de índole filosófico.

Llega un momento donde la razón es lo que determina lo que es bueno y lo que es malo olvidándose realmente de lo que es prioridad, de lo que es importante, lo que Dios manda que se debe hacer, lo que la Biblia ordena que se haga, y todo porque la razón aliada con los sentimientos hacen equipo en contra de las convicciones, la verdad, la fe, y los absolutos divinos escritos en la Biblia.

El otro significado de tolerancia es el que la Biblia traduce como la capacidad de soportar a los demás por amor, lo cual no significa tolerar el pecado y el mal. Efesios 4:2 “soportándoos con paciencia los unos a los otros”. Que se traduce, como mantenerse bajo la presión, provocación, sufrimiento sin perder la calma, sin enojarse, actuando con mucho amor, serenidad y consciente de lo que es bueno y lo que es malo. Esta palabra es el equivalente de tener tolerancia en la Biblia. Es casi otro sinónimo de amor y paciencia que todo hijo de Dios debe tener en las relaciones con los demás. La tolerancia bíblica no tolera el pecado, no tolera el mal, no encubre el mal, no coopera con lo que es injusto con tal de recibir remuneración, no se deja controlar por las relaciones familiares o sentimentales para cubrir un crimen, un delito, un pecado, sino que con dolor y ética lo da a conocer.
En este error llego a caer David como padre al lamentar, llorar y enlutar por la muerte de su hijo Absalón. Recuerde, una cosa es el amor profundo del padre hacia su hijo al grado que prefiere morir en su lugar, pero otra cosa es olvidarse de todos los que lo han apoyado, le han servido, lo han seguido, lo han protegido. Hacer eso es actuar según la razón, según la relación de padre a hijo, pero no según las leyes establecidas por Dios, David era el rey de Israel, su responsabilidad era reinar, y si alguno atentaba contra su reino o su persona, era atentar contra Dios y su voluntad. Por lo tanto, ese alguien debía ser juzgado y castigado según la ley ordena, aunque fuera su propio hijo.
¿Por qué no actuó así con Amnon? Pareciera que David tenía favoritismo. Si Absalón hubiera sido un buen hijo, tendría razón por el dolor, lamento, lloro, pero no fue así. Absalón, fue un revoltoso, rebelde, malcriado, irrespetuoso, violento, vengativo, tramposo, mentiroso, etc. Es por ello que, Joab en el 19:1-7 confronto con autoridad a David, le abrió los ojos del entendimiento, le dijo literalmente que estaba actuando incorrectamente, estaba avergonzando a todo el pueblo y a todo su ejército. Lea despacio los vv. 4-7, y se dará cuenta que la confrontación es fuerte, pero necesaria, genuina, y bien intencionada. Joab estaba siendo usado por Dios para eliminar el mal ejemplo que David estaba dando. En el v.8, observamos que David reaccionó, despertó, reconoció el error en que estaba y de inmediato tomo otra actitud, y se preparo para enfrentar la mala impresión que había dado ante el pueblo.
Todos, es posible, que en alguna ocasión hemos caído en el mismo error de David de querer tolerar (cubrir) el error, la falla, la debilidad, la falta, el engaño, el descuido, el berrinche, la niñería, la irresponsabilidad, el mal carácter, la haraganería, la soberbia, el orgullo y el pecado de alguien por ser su hijo o su hija, su hermano o hermana, su esposo o su esposa, su mamá o su papá, su tía o su tío, su amigo o su amiga, su novio o su novia, su cómplice o compañero, el anciano o el diácono, el pastor o la esposa del pastor. Hacer eso es ir en contra de la ética que la Biblia enseña, encubrir o cubrir algo que es pecado o algo que está en contra de las reglas con tal de favorecerlo o evitar algún tipo de reprimenda, es pecado, es incorrecto, es hacer mal uso de la tolerancia, es actuar con la razón y no con la convicción y los absolutos de la Biblia.

¿Se da cuenta en el error que había caído David, creyendo que con llorar y lamentar la muerte de su hijo rebelde estaba demostrando responsabilidad como líder? Ante el pecado o falta de un hijo; la ética y la responsabilidad de los pares son más importantes. No quiere decir, ser inhumano, sin sentimiento, pero cada cosa en su lugar, cada cosa en su tiempo, y para todo hay tiempo. Tenga cuidado usted, haga buen uso de la tolerancia, pues no siempre es buena, cuidado con dejarse llevar solo por la razón. La vida cristiana es de fe y convicciones en Dios y su Palabra. Sométase a la Palabra, crea en ella y esta dará los lineamientos a seguir. Y mucho cuidado con este movimiento de la nueva tolerancia que anda por todas las esquinas de las cosas, tratando de eliminar los absolutos, la verdad en Dios y en la Biblia, diciendo que todo lo que tu creas que es bueno y correcto, los demás lo deben aceptar, y esto es una gran mentira del diablo.
Abra los ojos y los oídos, examine todo a la luz de la Biblia y no a la luz de la razón. Por no ser coherentes con lo que creemos y vivimos, con lo que decimos y hacemos, es que estamos como estamos. Vamos, tenga carácter, sea responsable.

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Dios los bendiga