"El fracaso es una gran oportunidad
para empezar otra vez con más
inteligencia."
Henry Ford
Casi todas las personas que han alcanzado algo que
valga la pena en su vida, no sólo han experimentado un fracaso, lo han
experimentado en repetidas ocasiones. Abraham Lincoln sufrió innumerables
fracasos, pero el nunca fue un fracasado porque nunca se dio por vencido.
Walt Disney fue igual. Se fracasó en los negocios en
varias ocasiones y tuvo un ataque de nervios antes de que llegara al éxito.
Enrico Caruso fracaso tantas veces con sus notas altas
que su maestro de voz le aconsejó que se diera por vencido. No lo hizo. En su
lugar, persevero y se convirtió en uno de los tenores más grandes del mundo.
Albert Einstein y Werner Braun reprobaron sus cursos de
matemáticas. Henry Ford estaba en la ruina cuando tenia 40 años. El maestro de
Thomas Edison lo llamó ignorante, y después él fallo en más de 6,000 ocasiones
antes de perfeccionar el primer bombilla eléctrica.
Demóstenes, el famoso orador Griego, tuvo fracasos
antes de hacerse famoso. Su padre se murió cuando Demóstemes tenia sólo siete
años dejándole una gran herencia. A la edad de dieciocho, a través de un debate
publico, él quiso reclamar su herencia de su deshonesto tutor. Desgraciadamente,
no sólo era tímido, pero también tenia un impedimento del habla el cual le causó
no poder comprobar sus derechos de propiedad.
Sin lugar a dudas este fracaso le proporciono una
motivación que le dio la determinación para perseverar hasta que se convirtió en
uno de los oradores más famosos de la antigüedad. Nadie sabe quien recibió su
herencia, pero 2,300 años después los estudiantes aun saben de Demóstenes.
Obviamente, el éxito no es la ausencia del fracaso. Es
el tener la determinación para nunca darse por vencido porque, “los que se
detienen nunca ganan y los ganadores nunca se detienen.”
No importa que tan mal o cuantas veces fracasa una
persona, él nunca es un fracasado si se levanta una vez más de las que ha caído.
Aun más, como un brincador de altura, uno nunca descubre su potencial total
hasta que alcanza el punto del fracaso. Como lo dijo una persona, “Apunta bajo,
el no fracasar es el crimen.” “Recuerden, también, que el fracaso es un evento,
no una persona.”
En realidad es el miedo al fracaso, no el fracaso mismo
lo que deja lisiadas a las personas. Como Baudjuin lo dijo, “No importa tan duro
que trabaje para lograr al éxito, si sus pensamientos están saturados con el
miedo al fracaso, matara sus esfuerzos, neutralizará sus esfuerzos y hará que el
éxito sea imposible.”
En lugar de no tener metas, es, como se ha sido
dicho sabiamente, “mucho mejor el tratar cosas difíciles, y luchar por triunfos
gloriosos, aunque estén marcados con fracasos, que el tomar lugar con los pobres
espíritus que ni disfrutan ni sufren, porque ellos viven bajo una luz gris que
no conoce ni la victoria ni el fracaso.”
Es interesante saber que Lincoln fue un hombre infeliz y melancólico. Su primer
amor murió antes de que se pudieran casar. Y su matrimonio con Mary Todd podría
haber sido suficiente para destruir a cualquier hombre con menos coraje y
determinación que Lincoln tenía. Sin embargo, los historiadores están de acuerdo
que de haber estado felizmente casado, Lincoln nunca habría sido presidente. Por
sus fracasos y el no ser feliz en su matrimonio él fue capaz de dar su vida a
una gran causa que valía la pena.
John Wesley, el padre de la iglesia Metodista, fue otro
hombre con un matrimonio que era un fracaso. Él, también, fue capaz de
sobreponerse a sus circunstancias y realizar un trabajo que ha ayudado a
millones de personas alrededor del mundo.
El Apóstol San Pablo fue otra persona con determinación
para ganar. Su meta era la de proclamar el mensaje de Dios de amor y esperanza a
toda gente. Como resultado lo echaron a la cárcel en muchas ocasiones, y se
enfrento a la muerte una y otra vez. En cinco casos fue azotado por parte de los
Judíos y tres veces fue golpeado con varas. Fue apedreado en una ocasión y
naufrago tres veces. Se enfrentó a los peligros de ladrones y de la multitud.
Vivía con la fatiga, dolor y noches de insomnio. Sufría el hambre y el frío y
era criticado porque su apariencia y su forma de hablar que no eran perfectas.
¿Pero sintió San Pablo, alguna vez ,que era un fracasado, o que Dios lo había
olvidado? ¡Nunca!
Sin vacilar él mantuvo sus ojos en su meta.
Los problemas, retrasos y fracasos con los que se encontraba lo fortalecieron en
su travesía. La actitud de San Pablo era: “Es el mismo Dios, en su misericordia,
quien nos ha dado este maravilloso trabajo [de comunicar las nuevas de Dios a
los demás, y por lo tanto nunca nos damos por vencidos.”
Tal vez no hay manera más grande de sobreponerse
a los sentimientos de fracaso que el saber que le interesa a Dios lo que hagamos
con nuestras vidas. El quiere que logremos algo que valga la pena, sin que sea
necesariamente espectacular. Cuando se vive en armonía con los mandatos de
Dios, sabemos que tenemos a Dios en nuestro lado y que él nos dará la fe, el
coraje, y la determinación para seguir.
Como Dios le dijo a Josúe, “Mira que mando que te
esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque el Señor, tu Dios estará
contigo en dondequiera que vayas.”3
En lo que concierne a seguir a Dios, Jonás fracasó
irremediablemente. Desafiante él hizo lo contrario a lo que tenía que hacer.
¿Pero lo rechazó Dios? No. Dios le permitió que experimentaría el fracaso. Esto
lo trajo de nuevo a sus sentidos. Cuando estuvo listo para escuchar, “La palabra
de Dios vino a Jonás por segunda vez.”4
Y así es con nosotros. No importa cuantas veces
sintamos que hemos fracasado, Dios continua llamándonos hacia él.
Si sentimos que hemos fracasado, hay que permitir Dios
a animarnos. Este es el momento de darle a Dios una oportunidad. “Él arreglará
aun los corazones rotos si le entregamos todas las piezas.” Dios nos llama a que
lo sigamos, así que porque no responder a su llamado y si aún no lo hemos hecho,
pedirle que venga a nuestras vidas como Señor y Salvador. Si confiamos en El, El
puede hacer un mejor trabajo con nuestras vidas de lo que nosotros podemos
hacer.
Para quienes confían en Dios, el fracaso no es
para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te agradezco grandemente, tus comentarios, ellos ayudaran a mejorar el contenido de esta pagina, ademas de los capitulos de mi futura publicacion, de la cual comparto tambien algunos apartes.
Dios los bendiga