martes, 31 de julio de 2012

BUSCANDO LA SALIDA

                           "Algunas de las hazañas más grandes de la
                           humanidad han sido obra de personas que
                           no eran lo bastante listas para comprender
                           que eran imposibles."
 
                                                Doug Larson
 

Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un “chivo expiatorio”, para encubrir al culpable.
El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas esperanzas de escapar al terrible veredicto: ¡La horca! El juez, también comprado, cuidó no obstante, de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: “Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de él tu destino: Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras ‘culpable’ e ‘inocente’.

Tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino”. Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: ‘CULPABLE’. Y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.

El juez ordenó al hombre tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca, lo tragó rápidamente.

Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon… “pero, ¿qué hizo…?, ¿y ahora…?, ¿cómo vamos a saber el veredicto…?” “Es muy sencillo, respondió el hombre… es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué”. Con un gran coraje disimulado, tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo…

Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida, ni de luchar hasta el último momento. Muchas veces creemos que los problemas no tienen solución y nos resignamos a perder y no luchar, olvidando aquellas palabras que dicen: “Lo que es imposible para el ser humano, es posible para Dios” (Lucas 18:27).

"Jesús dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible." (Marcos 9:23)
 

Cada día las imposibilidades me amenazan porque en este mundo se exalta con frecuencia las imposibilidades. Esas imposibilidades que son exaltadas son el terreno fértil donde puedo ver germinar las posibilidades de Dios en toda su magnitud y su fuerza, no para vanagloria del hombre sino para la exaltación de Dios en toda su majestad y grandeza. Hoy tengo la oportunidad de acercarme a Dios y permitir que su poder y su gloria operen con fuerza.

Existen en la vida situaciones que nos desafían a buscar a Dios o a hundirnos por las preocupaciones y la desesperación. Como humanos que somos, pareciera que tenemos la tendencia, más a bajar los brazos que a levantar nuestro rostro para buscar a Dios y pedirle un milagro.

Cuando hablamos de un milagro estamos diciendo que la situación es, bajo la óptica terrenal, imposible. Si tú puedes hacer algo para solucionar tu problema, entonces no necesitas un milagro sino sabiduría para saber cómo actuar. La palabra milagro es una palabra común para Dios, pues para El lo imposible lo transforma en posible.

Nuestra mente no puede comprender por completo lo que significa el pasaje de hoy, donde el Señor dice que no hay nada imposible para El. Dios jamás ve imposibilidades sino posibilidades para obrar y demostrar Su gran poder. Nosotros generalmente nos vemos cercados de imposibilidades desesperantes.

Creer en el Señor por un milagro es una decisión que debe superar a lo que se siente o razona. La fe no siente ni razona, sino que cree contra viento y marea, pues esa fe está puesta en el Dios de lo imposible.
Si tú en este momento de tu vida estás atravesando por una situación que es imposible, recuerda que ése es el lugar indicado para que Dios demuestre Su poder. No te dejes hundir emocionalmente por lo que ves o lo que sientes, sino levántate en fe creyendo que si pones tu confianza en Dios, que todo lo puede, nunca serás defraudado.
¡Dios es fiel y sigue esperando que le busquemos, para que El haga milagros en nuestras vidas! ¡NADA ES UN IMPOSIBLE PARA DIOS!

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Dios los bendiga