Cuando no
triunfamos en algo es porque les cedimos a otros nuestro derecho a triunfar.
Si no has encontrado lo que buscas para tu
vida, no tienes más remedio que seguir buscando, o vivir amargado, por el resto
de tu existencia, sin poder hacer lo que quieres, si no, lo que te toco hacer.
En ese camino encontraras infinidad de
personas, incluido tu mismo, que dirán: Ya es muy tarde para iniciar de nuevo,
mejor aproveche lo que ya aprendió.
Vida de vagabundo.
Nació el 9 de febrero de 1954.
Fue el segundo de 4 hermanos de tres padres diferentes.
Creció sin un modelo masculino, debido a la ausencia de su padre.
Su padrastro fue un hombre muy violento.
Su madre fue encarcelada en dos ocasiones.
Obligado antes de los ocho años, durante dos
ocasiones, a vivir en centros para menores.
Cuando por fin visualiza una figura paterna en
su tío, este muere ahogado.
Se alisto como auxiliar medico en la Marina de
los Estados Unidos.
Acepta un trabajo en un centro médico y se
traslada a San Francisco, 1.974
A los veintitrés años se casa con una
licenciada en matemáticas.
Con diez años de experiencia medica se
esperaría que optara por una carrera de la salud.
Con 26 años de edad, es aconsejado por buscar
otra carrera y anuncia que no será medico.
A los 29 años, producto de una relación fuera
del matrimonio, tiene su primer hijo.
Abandona a su esposa.
Producto de conseguir un mejor empleo, decide
viajar y conocer a su padre.
Sin experiencia, ni título profesional, no
contactos, logra una entrevista como aspirante.
Es encarcelado por no pagar sus multas de
transito.
Es abandonado por su segunda mujer, la cual se
lleva a su hijo.
Consigue ser aceptado como aprendiz sin
salario y el acepta.
Junto con su hijo, vivieron durante un año en
albergues, en las calles y hasta en los baños públicos. Sin que sus compañeros
de aprendizaje se enteraran que no tenia techo.
Siempre fue el primero en llegar a su oficina
y ultimo en irse.
Por fin logra su licencia como corredor de
bolsa, 1.982
A la edad de 33 años monta su propia firma de
corredores de bolsa. 1.987
Diez años después la vende en una transacción
multimillonaria. 2.006
Su vida inspira la realización de una película, 2.006
Christopher Gardner nació el 9 de febrero
de 1954, en Wisconsin. En su infancia casi no tuvo modelos masculinos
positivos. Desde la ausencia de su padre Thomas Turner quien vivía en
Louisiana, hasta su violento padrastro Freddie Triplett. A pesar de ser un
matrimonio infeliz; la madre de Gardner, Betty Jean, fue fuente de inspiración
y fortaleza para él. Ella animó a Gardner a creer y tener confianza en sí
mismo. El propio Christopher la cita: “Sólo puedes depender de ti mismo, la
caballería no va a venir a rescatarte".
Fue el segundo de una familia de
cuatro, su hermana Ophelia (la mayor e hija de un matrimonio previo), Sharon y
Kim (hijas del tercer matrimonio con Freddie Tripplett). Su padrastro golpeaba
a su madre constantemente dejándola casi noqueada y sus hijos tenían miedo de
intervenir. Incluso en una ocasión la acusó de trabajar al mismo tiempo que
recibía dinero de Servicios Sociales, lo que provocó que la metieran a la
cárcel y sus hijos tuvieran que ir a un centro de menores temporal hasta su
salida. Para colmo, tiempo después, fue encarcelada de nuevo al tratar de
quemar la casa con Tripplett adentro. De esta experiencia, Gardner determinó
que el alcoholismo, la violencia doméstica, el abuso a menores y el
analfabetismo eran contra lo que lucharía el resto de su vida.
Cuando Gardner entró de nuevo al
centro de menores, tenía apenas ocho años. En este período conoció a sus tres
tíos maternos: Archie, Willie y Henry. Siendo éste último la más importante
influencia de Gardner justo cuando más necesitaba la figura de un padre.
Lamentablemente, su tío Henry murió ahogado en el Río Mississippi mientras su
madre seguía en prisión.
Entre los años 60s y 70s, Chris
sintió un profundo orgullo hacia la cultura afroamericana influenciado por Martin
Luther King Jr., Malcolm X y Eldridge Cleaver , así como un profundo interés en temas de racismo y discriminación en
África y EEUU. También desarrolló un gusto por la música oyendo a James Brown y Miles Davis, lo cual lo llevó a aprender a tocar la trompeta.
Después de acabar el instituto e
inspirado en su tío Henry, se alistó como miembro del cuerpo médico en la
Marina Estadounidense. Ahí conoció al Dr. Robert Ellis, quién le ofreció
trabajo como asistente en la clínica de investigación en el Centro Médico de la
Universidad de California y el Hospital de veteranos en San Francisco. Gardner
aceptó el trabajo y se mudó a San Francisco en 1974. Durante dos años, aprendió
como manejar el laboratorio e incluso colaboró en artículos de investigación
con el Dr. Ellis.
El 18 de junio de 1977, Chris
Gardner se casó con Sherry Dyson, experta educativa en matemáticas. Con 10 años
de entrenamiento médico, lo más seguro era que Chris eligiera en el futuro una
carrera médica. Sin embargo, debido a la larga duración de los estudios y los
notables cambios tecnológicos que se producirían para cuando acabara, ya no
podría servirle todo lo aprendido. De esta manera, le aconsejaron buscar otra
carrera, por lo que al cumplir 26 años anunció a su esposa que ya no quería ser
doctor. Esto provoco un enfriamiento en la relación con Sherry, agravado por
otras diferencias ideológicas.
Tres años después Jackie Medina, una
estudiante de odontología, quedaría embarazada por él. Gardner dejó a su esposa
para cuidar de Jackie y su hijo. No sería hasta 9 años después que se
consumaría el divorcio con Sherry.
Christopher Jarrett Medina Gardner, hijo de Chris, nació el 28 de enero de 1976. Cuando apenas cumplió un
año, Gardner para poder mantenerse económicamente tuvo que tomar otros trabajos.
Entre ellos como representante de ventas de CMS, compañía de equipo médico con
un sueldo menor de 30.000 dólares al año. Después se cambiaría para Van Waters
& Rogers, compañía más estable.
Motivado por las preguntas de su
hijo, Gardner decidió localizar a su padre biológico, a quién conocía sólo por
teléfono. Gracias a su nuevo trabajo en el que ganaba más dinero, pudo viajar a
Louisiana para conocerlo por primera vez. Al final de ese viaje decidió que él
sí lograría ser un hombre de éxito.
Después de ir a una de sus ventas,
la vida de Gardner cambió. Conoció a un hombre impecablemente vestido dueño de
un Ferrari rojo. Curioso, Gardner le preguntó que hacía para vivir, a lo que
respondió que era corredor de bolsa. A partir de ahí Gardner decidió a lo que
quería dedicarse en el futuro. Este hombre de traje era Bob Bridges, quién lo introdujo en
el mundo de las finanzas. Inmediatamente le presentó al director de la firma
para hablarle de programas de capacitación. Durante los siguientes dos meses,
Gardner canceló todas sus citas de ventas y pospuso sus multas de
estacionamiento acumuladas, incluida la que le pusieron cuando estaba hablando
con ellos.
Gardner consiguió una oportunidad al
ser aceptado en un programa de capacitación en E. F. Hutton. De golpe renunció
a su trabajo para dedicarse a tiempo completo a la preparación para ser
corredor de bolsa. Cuando por fin se presentó en la oficina el primer día, se
encontró con la sorpresa de que habían despedido una semana antes al director
que lo contrató.
Sin experiencia ni licenciatura ni
conexiones, consiguió que le hicieran una entrevista en la bolsa de valores
Dean Witter Reynolds, pero una semana antes fue detenido por no pagar 1.200
dólares en multas de coche y pasó 10 días en la cárcel. Cuando salió, descubrió
que su novia se había ido con su hijo y todas sus pertenencias, incluida su
ropa. Al día siguiente, con la misma ropa con que entró a la cárcel se decidió
a presentarse. La táctica surtió efecto y consiguió un empleo como aprendiz por
1.000 dólares al mes, que apenas le alcanzarían para vivir. Cuatro meses
después de que Jackie desapareciera, regresó para dejarle de nuevo a su hijo
para que él se hiciera cargo del niño. En las pensiones no se aceptaban niños,
pero aun así aceptó su custodia. A pesar de tener trabajo, su hijo y él vivían
desamparados sin hogar mientras ahorraban para alquilar una casa en Berkeley,
California. Ninguno de sus compañeros de trabajo sabía que él y su hijo
estuvieron un año viviendo sin casa.
Todo su sueldo se iba en los
pañales, el jardín infantil y la comida. Usaba dos trajes, uno gris y uno azul,
que cargaba en su bolsa. Al principio dormían en moteles baratos, pero no se
podían dar ese lujo durante todo el mes. Más adelante dormían en donde
pudieran, como en su oficina, albergues, parques y hasta baños públicos. Chris
recibió ayuda de las personas que menos esperaba, las prostitutas al verlo
empujando el destartalado caminador de su hijo, le regalaban al pequeño
billetes de cinco dólares. Pero fue el reverendo Cecil Williams quien al ver la
dedicación de Gardner a su hijo, les permitió quedarse por unos cuantos meses
en el refugio de madres indigentes. Hoy en día cuando se le pregunta a
Christopher Gardner, Jr. como fue vivir sin techo, él responde: "No podría
decirte que fuéramos sin-techo, yo sólo sabía que siempre teníamos que irnos.
Así que, si me acuerdo de algo, es nosotros moviéndonos, siempre
moviéndonos".
Gardner siempre fue el primero en
llegar a la oficina y el último en irse, haciendo persistentes llamadas a los
clientes prospecto. En 1982, por fin pasó su examen para obtener la licencia y
obtuvo empleo en Dean Witter Reynolds.
Cinco años después, Chris Gardner
estableció su propia firma de bolsa de valores Gardner Rich & Co, en
Chicago, Illinois. Escogió este nombre debido a que consideraba a Marc Rich,
como uno de los hombres y empresarios más exitosos del mundo. Consistía en una
bolsa de valores institucional especializada en deudas, las transacciones de
algunas de las instituciones más grandes del país y planes para pensiones
públicas. Su nueva compañía empezó en su pequeño piso con una inversión inicial
de 10.069 dólares y una mesa de madera que servía para la hora de la comida en
familia.
En el 2006 vendió Gardner Rich &
Co. en un trato multimillonario, y se convirtió en fundador de Christopher
Gardner International Holdings, con oficinas en Nueva York, Chicago, y San
Francisco. Ahora está haciendo inversiones en Sudáfrica que crearán cientos de
trabajos e introducirán millones en inversiones extranjeras para la nación.
En la actualidad también coopera en
varias organizaciones filantrópicas como Cara Program y la Iglesia Metodista de
San Francisco quiénes más le ayudaron cuando lo necesitaron él y su hijo.
También fundó un proyecto millonario en San Francisco que crea casas de renta
baja y oportunidades de empleo. En Chicago da asistencias para vacantes de
empleo, orientación laboral y capacitación a gente sin hogar ni recursos.
También coopera con el National Fatherhood Initiative para enseñanza de los
niños.
Ha recibido el premio al Padre del
Año en 2002, el 25 Premio Anual Humanitario y en 2006 el Premio a Amigos de
África. Su historia pasó inadvertida hasta aparecer en una parte del programa
20/20, en 2003. Una editorial se interesó e hizo un libro basado en su vida,
que fue adaptado para la pantalla grande en la película “The
Pursuit of Happyness” producida por Columbia
Pictures y protagonizada por Will Smith, quien fue nominado al Oscar por la misma película. Gardner faltó al
estreno para asistir a un evento de caridad el día de Navidad. Es la
inspiración de muchas personas para lograr un objetivo y ser solidarios
tambien.
La
sencillez es esencial, sólo puede surgir cuando empezamos a comprender el significado
del conocimiento propio.
Creemos
que es una expresión externa, pocas posesiones, ropas, cosas, pero eso no es
sencillez. La verdadera sencillez sólo puede originarse interiormente, y de ahí
proviene la expresión externa. Lo que uno es en su interior fluye al exterior.
Si uno no es sencillo
no puede ser sensible a los árboles, a los pájaros, a las montañas, al viento,
a todas las cosas que existen en el mundo que nos rodea.
Ser sencillo en todo
el proceso de nuestra conciencia es extremadamente arduo. Porque no debe
existir ninguna reserva interior, tiene que haber ansia por averiguar, por
descubrir el comportamiento de nuestro ser. Y eso significa estar alerta a toda
insinuación, a toda sugerencia, darnos cuenta de nuestros temores, de nuestras
esperanzas, investigar y liberarnos de todo eso constantemente. Sólo entonces,
cuando la mente y el corazón son realmente sencillos, cuando están limpios de
sedimentos, seremos capaces de resolver los múltiples problemas que se nos
plantean.
El saber no resolverá
vuestros problemas. Es sólo mediante la experiencia directa como se resuelven
nuestros problemas; y para tener experiencia directa ha de haber sencillez, lo
cual significa que debe haber sensibilidad. El peso del saber embota la mente.
También la embotan el pasado y el futuro. Sólo una mente capaz de ver lo que
es, el presente, de instante en instante, puede hacer frente a las poderosas
influencias y presiones que ejerce constantemente sobre nosotros todo lo que
nos rodea.
Nunca olvides que la
mayor fortalece la tendrás entre más bajo este, por esta condición te dará la
gran posibilidad de ver y crear las bases fuertes, las cuales te llevaran a
sostenerte en la cima una vez logres cumplir tu propósito y objetivos.
Nunca es tarde para
empezar de nuevo, la única condición “la sencillez”, porque la soberbia te
enceguece y no te da posibilidad de ver lo que necesitas ver y aprender, para
salir de ese mundo, el cual creaste pensando que es perfecto, pero que solo te
ha llevado al ostracismo en el cual te encuentras.
Si un hombre negro,
criado en un hogar disfuncional, sin una figura paterna, en un momento donde el
racismo era preponderante, sin título profesional. Pero con grandes deseos de
triunfar y salir adelante, pudo, porque no puedes hacerlo tú también. Solo necesitas
atreverte y se constante y perseverante, y el motor de tus sueños generaran la
inercia necesaria para llevarte a donde tú quieres llegar.
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