lunes, 12 de marzo de 2012

LA BONDAD DEL HOMBRE, EL PAGO DE DIOS.

                               
             Esa mejor parte de la vida de un

             hombre bueno, son sus pequeños,

             anónimos, y olvidados actos de

             bondad y amor.



                                William Wordsworth


Un día, un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar su escuela, encontró que sólo le quedaba una simple moneda de diez centavos, y tenía hambre. Decidió que pediría comida en la próxima casa.

Sin embargo, sus nervios lo traicionaron cuando una encantadora mujer joven le abrió la puerta. En lugar de comida pidió un vaso de agua.

Ella pensó que el joven aparecía hambriento así que le trajo un gran vaso de leche. El lo bebió despacio, y entonces le preguntó, ¿Cuánto le debo? "No me debes nada," contestó ella. "Mi madre siempre nos ha enseñado a nunca aceptar pago por una caridad". Él dijo "Entonces, te lo agradezco de todo corazón."

Cuando Howard Kelly se fue de la casa, no sólo se sintió físicamente más fuerte, sino que también su fe en Dios y en los hombres era más fuerte.

El había estado listo a rendirse y dejar todo. Años después esa joven mujer enfermó gravemente. Los doctores locales estaban confundidos. Finalmente la enviaron a la gran ciudad, donde llamaron a especialistas para estudiar su rara enfermedad.

Se llamó al Dr.Howard Kelly para consultarle. Cuando oyó el nombre del pueblo de donde ella vino, una extraña luz llenó sus ojos. Inmediatamente subió del vestíbulo del hospital a su cuarto. Vestido con su bata de doctor entró a verla. La reconoció enseguida. Regresó al cuarto de observación determinado a hacer lo mejor para salvar su vida.

Desde ese día prestó atención especial al caso.

Después de una larga lucha, ganó la batalla. El Dr. Kelly pidió a la oficina de administración del hospital que le enviaran la factura total de los gastos para aprobarla. Él la revisó y entonces escribió algo en el borde y le envió la factura al cuarto de la paciente. Ella temía abrirla, porque sabía que le tomaría el resto de su vida para pagar todos los gastos. Finalmente la abrió, y algo llamo su atención:

En el borde de la factura leyó estas palabras..... "Pagado por completo hace muchos años con un vaso de leche.
                                                                                 (firmado) Dr. Howard Kelly".

Lágrimas de alegría inundaron sus ojos y su feliz corazón oró así:

"Gracias, Dios porque Tu amor se ha manifestado en las manos y los corazones
humanos."

El Dr. Howard Kelly, fue un prominente médico especializado en el ramo de la Ginecología, cofundador del hospital John Hopkins, era de ascendencia irlandesa y perteneciente a una familia de profundas convicciones religiosas.

Leía la Biblia a diario. Cuando llegó a su mayoría de edad, su madre le obsequió una bella edición de ésta que ocupaba el lugar más importante de su nutrida biblioteca.

Bondad es la cualidad de bueno, un adjetivo que hace referencia a lo útil, agradable, apetecible, gustoso o divertido. Una persona con bondad, por lo tanto, tiene una inclinación natural a hacer el bien.

La filosofía entiende al bien como el valor que se le otorga a la acción de una persona. El bien fomenta lo deseable a partir de la empatía (la capacidad de sentir lo que otro individuo puede sentir).

Si el ser humano, en su gran mayoría, tiene la facultad de ser bondadoso y caritativo. Cuanto más lo será Dios?

La palabra de Dios nos enseñe en Proverbios 19:17 “A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.”

Cuando ayudamos a alguien que no nos puede pagar el favor, podemos tener la seguridad de que Dios lo ve, y que en su tiempo, él nos recompensará.
Una buena obra hecha de corazón nunca se pierde. Es una inversión hecha en el banco del cielo, banco que jamás quebrará.

Existe un peligro que debemos evitar, es el peligro de buscar la recompensa de nuestra bondad.

Si ayudamos a alguien, y luego tratamos de identificar la bendición que Dios nos ha dado como resultado, nos encontraremos frustrados.

Más bien, debemos de desarrollar la costumbre de ayudar cada vez que podamos, y dejar que Dios se encargue de bendecirnos a su manera y en su tiempo. De esa manera encontraremos una vida de bendición y de prosperidad.

¿Cómo podemos desarrollar esta costumbre de la bondad, un hábito que lleva al éxito?

El paso más básico hacia la bondad es desarrollar un interés verdadero en los demás. Si en realidad estás interesado en su bienestar y su vida, ellos lo notarán.
Ese mismo interés te llevará a prestarles ayuda de las formas que puedas, en maneras que les permiten retener su dignidad.

Procura tener tu cuenta en el banco del cielo en sobregiro permanentemente, consecuencia de tu gran bondad, porque el día que llegue el pago de parte de Dios, te aseguro, el te dará para cubrirlo y multiplicara de una manera sobrenatural, a tu favor, toda muestra de bondad que tuviste hacia los demás.



"Porque ya sabéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor de vosotros se hizo pobre, siendo rico; para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos."

                                             2 Corintios 8:9
 

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Dios los bendiga