lunes, 23 de abril de 2012

EL LADO POSITIVO DEL FRACASO

                                       "Acuerdate de conservar en los
                                        acontecimientos graves la mente
                                        serena."
 
                                                                   Horacio.


Para muchos el fracaso sera el final, para otros el fracaso es un gran momento de oportunidad para sacar a relucir lo mejor de cada uno de ellos.
De cual eres tu?

Se cuenta de cierto campesino que tenía una mula ya vieja. En un lamentable descuido, la mula cayó en un pozo que había en la finca.
El campesino oyó los bramidos del animal, y corrió para ver lo que ocurría. Le dio pena ver a su fiel servidora en esa condición, pero después de analizar cuidadosamente la situación, creyó que no había modo de salvar al pobre animal, y que más valía sepultarla en el mismo pozo.
El campesino llamó a sus vecinos y les contó lo que estaba ocurriendo y los enlistó para que le ayudaran a enterrar la mula en el pozo para que no continuara sufriendo.
Al principio, la mula se puso histérica.
Pero a medida que el campesino y sus vecinos continuaban paleando tierra sobre sus lomos, una idea vino a su mente. A la mula se le ocurrió que cada vez que una palada de tierra cayera sobre sus lomos... ¡ELLA DEBÍA SACUDIRSE Y SUBIR SOBRE LA TIERRA!
Esto hizo la mula palazo tras palazo.
Sacúdete y sube. Sacúdete y sube. Sacúdete y sube!! Repetía la mula para alentarse a sí misma.
No importaba cuán dolorosos fueran los golpes de la tierra y las piedras sobre su lomo, o lo tormentoso de la situación, la mula luchó contra el pánico, y continuó SACUDIÉNDOSE Y SUBIENDO. A sus pies se fue elevando de nivel el piso.
Los hombres sorprendidos captaron la estrategia de la mula, y eso los alentó a continuar paleando. Poco a poco se pudo llegar hasta el punto en que la mula cansada y abatida pudo salir de un brinco de las paredes de aquel pozo.
La tierra que parecía que la enterraría, se convirtió en su bendición, todo por la manera en la que ella enfrentó la adversidad.

Por diez años Tomás Edison intentó construir una batería de almacenaje de cargas eléctricas.
Sus esfuerzos, estrangularon en gran medida sus finanzas. En Diciembre de 1914, una combustión espontánea en su estudio casi lo llevó a la ruina.

En minutos todos los compuestos empacados para discos o cintas y otras sustancias inflamables ardieron en llamas. Aunque los departamentos de bomberos vinieron de ocho pueblos circundantes, el intenso calor y la poca presión de agua provocaron que fuera inútil extinguir las llamas. Todo quedó destruido. El daño excedía a los dos millones de dólares, los edificios de cemento que se consideraban construidos a prueba de fuego, estaban asegurados apenas por la décima parte de esa cantidad.

Charles, el hijo del inventor, buscó con desesperación a su padre, temeroso de que su espíritu resultara dañado.
Finalmente lo encontró contemplando con serenidad el fuego, su rostro resplandecía mientras reflexionaba. "Mi corazón se dolía por él", decía Charles. "El tenía sesenta años, ya no era un joven y todo ardía en llamas"

En la mañana siguiente, Edison contempló las ruinas y exclamó:
"Hay algo valioso con el desastre. Se quemaron todos nuestros errores.

Gracias a Dios podemos comenzar de nuevo.
"Tres semanas después del incendio, Edison se las ingenió para inventar el primer fonógrafo."

Con cada nuevo día, tenemos la oportunidad de comenzar de nuevo.

Andrea Bocelli, a los 12 años, a causa de una rara enfermedad y un pelotazo en la cara accidental, se quedó ciego. El mismo Bocelli comenta en su libro autobiográfico: The music of silence, ”Curiosamente la naturaleza, mientras me quitaba algo valiosísimo, la vista, me daba otro regalo, la música. Con una mano soltaba algo tan querido como la visión, pero con otra agarraba fuerte una muleta y una compañera inestimable, la música, otra forma de “ver”. Muchos de los logros de Bocelli se han dado gracias al coraje y persistencia de un hombre que aprendió a mirar de otra manera, porque “lo esencial es invisible a los ojos” tal como dice el Principito. 

Lance Armstrong, cuatro veces campeón del Tour de Francia, la prueba ciclística más importante del mundo. Diagnóstico: Cáncer testicular con metástasis en los pulmones y en el cerebro. Edad 25 años. Nos dice en su libro autobiográfico Its not about the bike: My journey back to life: “La verdad es que el cáncer ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida, operó un profundo cambio en mi forma de ser, ha hecho maravillas con mi personalidad. ¿Por qué yo? Durante la mayor parte de mi vida había operado bajo un esquema simplista de ganar o perder, pero el cáncer me estaba enseñando a ser tolerante ante la ambigüedad. Ahora corría una carrera bien distinta. ¿Dónde estaba la línea de partida? ¿Cuál era el premio por ganar?” Se da cuenta que es una competencia distinta, que aquí no gana el que llega primero sino el que aprovecha de la mejor manera el kilometraje recorrido.

Es claro que en cada uno de estos personajes, salio a flote lo mejor de cada uno en estos momentos de tanta dificultad. Tenemos dos opciones, o llevamos la adversidad con angustia, molestia, pena y sufrimiento, o le sacamos provecho a la vida, hacemos de tripas corazón y le vemos el lado bueno.

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Dios los bendiga