domingo, 28 de julio de 2013

EL QUE PERSEVERA, ALCANZA.

                 "Si se siembra la semilla con fe y se cuida con
                   perseverancia, sólo será cuestión de tiempo
                   recoger sus frutos."
 
                                                    Thomas Carlyle
 

El camino para alcanzar el éxito, suele ser largo, tortuoso y dificil, y aunque está disponible para todo el mundo, son pocas las personas que están dispuestas a asumir el costo para alcanzarlo. Todo premio suele tener un precio y el precio para alcanzar el éxito son los obstáculos que siempre habrán de presentarse camino hacia la meta. Para vencerlos visualice la victoria, disciplinese y persevere.
Está comprobado que tan sólo el 5% de las personas logra alcanzar sus sueños. Con un porcentaje tan bajo podríamos pensar que el éxito no es para todo el mundo y que depende quizás de mejores oportunidades para algunos, a diferencia de otros. Más preparación en el campo profesional o un mejor nivel económico.
Ciertamente, estos pueden ser factores importantes para lograrlo, pero tenerlos tampoco garantizan el éxito. La diferencia entre el que fracasa y el que triunfa es su determinación para persistir a pesar de las dificultades, obstáculos y aún fracasos, para lograr sus propósitos.

La determinación es fundamental para alcanzar el éxito, porque significa que quien se decide a conseguir algo lo consigue. Para triunfar es necesario practicar actitudes positivas, buscando las razones para hacer las cosas, en vez de buscar excusas para no hacerlas. Si mantenemos el entusiasmo y la fe puestas en el premio (objetivo), con seguridad que poco importará el precio que tengamos que pagar.
No se desanime ante las dificultades, acépetelas como un paso necesario para alcanzar sus metas. Un pensador dijo “No siempre puedo evitar que aparezcan los problemas, pero no estoy obligado a pedirles que se que queden”. Supere los obstáculos, busque la solución a las dificultades, pero nunca, nunca, nunca se deje vencer por ellas.
Nadie mejor que Mario Benedetti para expresarlo con sus propias palabras: "No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento".
Cuando visualizamos la victoria y la mantenemos fija en nuestra mente, los obstáculos se hacen pequeños y por consiguiente mucho más fácil de superarlos. La imaginación se vuelve entonces bastante productiva consiguiendo las herramientas necesarias para destruir y aniquilar cualquier dificultad que se interponga en el camino.
Los caminos que conducen al éxito son la constancia, la concentración y el trabajo, pues este no aparece de la noche a la mañana, por el contrario, es el resultado de mucha preparación, dedicación, sacrificios, esfuerzos y también fracasos. Es por eso que debemos ser muy perseverantes, precisamente porque el camino del éxito es bastante largo y tortuoso, y solo el que persevera logra llegar a la cima, los demás se quedan en el trayecto.
Los obstáculos a veces minan nuestra mente y nos atemorizan a tal punto que corremos el riesgo de dejarnos vencer por ellos. Una buena estrategia para mantenernos firmes en el propósito es recordar aquellos logros o éxitos que una vez alcanzamos en el pasado. Recordar por ejemplo que aunque también fue dificil, pudimos lograrlo y eso nos debe mantener motivados, convenciéndonos de poder conseguirlo nuevamente. Emerson decía: “Solo triunfan aquellos que creen poder hacerlo”.
Hay ocasiones en las que las dificultades nos agobian a tal punto que queremos desistir. Bien, si es ese el caso lo mejor es darnos un respiro descansar un poco para renovar nuestras fuerzas y poder arremeter con todo nuevamente. No significa dimitir, sino más bien hacer un alto para continuar con más tenacidad, pero nunca claudicar.
Si logramos mantener vivo el propósito, meta u objetivo, firme en nuestra mente, aprenderemos a desarrollar la fuerza de voluntad motivándonos a luchar con ahïnco para conseguirlo. Todos merecemos triunfar, y por difícil que parezca, en algún tramo del camino, el éxito estará esperando por nosotros, pero como no sabemos en cual, debemos continuar avanzando, luchando y persistiendo, pues al desistir los únicos perdedores seremos nosotros. El viejo adagio popular dice sabiamente: “El que persevera, alcanza”.

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Dios los bendiga