sábado, 1 de junio de 2013

BUSCANDO LA FELICIDAD

                 “Siembra un pensamiento y cosecharas un acto,
                 siembra un acto y cosecharas un hábito, siembra
                 un hábito y cosecharas una personalidad, siembra
                 una personalidad y cosecharas un destino”.

                                                         Samuel Smiles.

Una dicotomía es la división en dos partes de una cosa, o en su defecto, se trata de un conjunto o sistema que está sujeto a bipartición.

Mayormente, la dicotomía es un fenómeno que implicará la separación en dos partes de una determinada cuestión, aunque ello supone implícitamente la propiedad de exclusión mutua entre las partes que fueron separadas como consecuencia del fenómeno dicotómico.
O sea, que a instancias de un acontecimiento que implica dicotomía solo nos encontraremos con dos alternativas, de las cuales una sola tendrá razón de ser, ya que no pueden coexistir, por ejemplo, ganar o perder; blanco o negro y la que quiero tratar exito o felicidad. 
 
Todos buscamos, en mayor o menor medida, tener éxito.

Pero…¿qué significa éxito para ti?
¿Y si los has logrado, te ha hecho feliz?
¿Por cuánto tiempo?

Podemos tener mucho éxito y ser infelices.
Podemos ser muy felices, aunque desde el punto de vista de la mayoría de la gente, no seamos exitosos.

El diccionario nos dice que tener éxito, es lograr el resultado que deseamos.
Pero nuestra cultura, la occidental, ha utilizado la palabra éxito, casi como sinónimo de poder y de grandes logros económicos y sociales, es decir, de ser alguien que "vale la pena" en esta vida.
 
El mundo mide el éxito por la cantidad acumulada de dinero; pero Dios considera exitoso a un hombre que es un buen proveedor, que ha sido un buen administrador de los recursos materiales que se le han encomendado, si ha hecho decisiones financieras sabias y se aleja de las deudas y la ilegalidad.
 
El mundo mide el éxito por la influencia y el poder de dominar a otros; pero para Dios un hombre exitoso es un buen proclamador de la Verdad y del amor de Dios, tanto en sus palabras como en sus hechos, que con su mensaje de vida no hace discípulos para sí mismo, sino discípulos para Cristo, quienes a su vez discipularán a otros, impactando a cientos de generaciones después de él.
 
El mundo mide el éxito por la "felicidad" alcanzada; pero para Dios un hombre exitoso es aquel que ha aprendido a morir a sí mismo para satisfacer las necesidades de otros, especialmente las necesidades de su esposa, mostrando el verdadero amor de Dios, que no depende de lo que él obtenga de ella, sino de lo que ella es desde el punto de vista de Dios: "carne de su carne, y huesos de sus huesos".
 
El mundo mide el éxito por la felicidad que generó; pero para Dios un hombre exitoso es aquel que ha levantado o está levantando una generación poderosa en espíritu y en Palabra para Dios, que ha transmitido los principios de la Escritura y las prioridades de Dios a sus hijos y nietos.
 
Pero todo esto no es posible si el hombre no tiene una relación íntima con Dios, así que para alcanzar el éxito, desde la perspectiva de Él, es necesario amarle con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
 
Cuando usted asocia su éxito, felicidad y prosperidad con el poder de Dios entonces su vibración interna se eleva con mayor facilidad, recuerde que su misión es creadora, así que a mayor grandeza significa que Dios se manifiesta en usted con más poder, al poner esa óptica en sus proyectos irá despojándose de terribles creencias limitantes que afectan su desarrollo personal.
 
Una cosa que hace que esta vida a veces sea tan difícil es que estamos fuera de la presencia física de Dios. No sólo eso, sino que no podemos recordar nuestra vida preterrenal lo que significa que debemos actuar por fe en vez de lo que está a la vista. Dios no dijo que sería fácil, pero nos prometió que Su Espíritu estaría allí cuando lo necesitáramos. No estamos solos en nuestro camino, a pesar de que a veces lo parece.
 
Eso no significa que Él espera que usted sea perfecto, Él sabe que no lo será. Lo que sí espera es que mientras esté aquí en la tierra trate de ser más semejante a Él lo más que pueda, y que aprenda y progrese debido a sus errores. Cada vez que tome una mala decisión con consecuencias dolorosas, esa decisión le llevará a la infelicidad, a veces de inmediato, otras veces mucho más tarde. Del mismo modo, elegir el bien, con el tiempo, conduce a la felicidad y le ayudará a ser más como nuestro Padre Celestial.
 
Solo permite que Dios haga su grandiosa y perfecta voluntad en tu vida.
 

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Dios los bendiga