muchas cosas que escapan a los que
sueñan sólo de noche."
Edgar Alan Poe.
El primero que explicó los principios del vuelo de cuerpos
más pesados que el aire en términos matemáticos fue el inglés sir George
Cayley. En 1853 hizo montar a su cochero en un planeador y lo lanzó por una
ladera. Pero entre el vuelo sin motor y el vuelo con motor mediaba un gran
abismo, y pasaron muchos años hasta que se construyó un aparato
adecuado.
En 1874, en Brest, Francia, la aeronave de Félix du Temple
de la Croix dio un breve salto por una rampa para coger velocidad, pero el motor
de vapor no dio suficiente potencia para sostener el vuelo. Lo mismo le
ocurrió unos años más tarde al diseñador Alexander Fedorovich Mozhaiski en
Rusia, aunque su aparato estaba impulsado por dos motores de vapor que generaban
30 caballos de potencia. También estaba impulsado a vapor el aeroplano Eole
del francés Clément Ader, que en 1890 consiguió recorrer una distancia de 50
metros a una altura de unos 20 centímetros. Pero como casi todas las otras
acronaves de aquella época, no se la podía dirigir.
Un nuevo personaje apareció en escena en 1891. Otto
Lilienthal construyó lo que hoy en día llamaríamos un planeador de suspensión,
controlado mediante desplazamientos del peso del cuerpo. Lilienthal hizo
construir una empinada colina cónica cerca de Berlín, desde cuya cima se lanzaba
contra el viento predominante. Lilienthal realizó unos 2.500 vuelos en un
periodo de cinco años, Y obtuvo una gran cantidad de datos antes de sufrir un
fatal accidente.
En Dayton, Ohaio (Estados Unidos) vivían dos hermanos que se
dedicaban a la fabricación de bicicletas. Wilbur y Orville Wright estudiaron
los datos de Lilienthal y en 1900 decidieron pasar las vacaciones construyendo y
haciendo volar planeadores. Eligieron como base de operaciones Kill Devil Hill,
en Kjttv Hawk, Carolina del Norte. La colina, situada entre dunas de arena,
reunía buenas condiciones para lanzar su máquina, y había muy pocos curiosos por
allí que pudieran burlarse de sus primeros intentos.
Los Wright construyeron su primer planeador, según palabras
del propio Orville, «con la misma precisión con que un relojero monta y ajusta
su mejor reloj,. Pese a todo, los hermanos sufrieron una gran decepción. Había
algún fallo en sus cálculos; el planeador voló, pero no tan bien como ellos
esperaban. Orville y Wilbur contrastaron una y otra vez sus cálculos con las
tablas de Lilienthal, pero no encontraron ningún error. Provistos de los datos
obtenidos en las pruebas, regresaron a Dayton, decididos a hacerlo mejor el año
siguiente.
El inicio de las pruebas, el 27 de julio de 1901, fue igual
de decepcionante. El primer día el planeador sólo se levantó al noveno intento,
y empezó a perder velocidad cuando había alcanzado una altura de 9
metros.
Wilbur consiguió aumentar de nuevo la velocidad y realizar
un aterrizaje normal. Trece días más tarde, cuando Wilbur intentaba efectuar un
giro, el ala de babor se inclinó, y el aparato entró en barrena.
Afortunadamente, el accidente no fue grave.
Los hermanos habían escrito al famoso ingeniero aeronáutica
Octave Chanute, que fue a visitarlos a Kill Devil Hill. Chanute no le encontró
ningún fallo a la aeronave, así que no tuvo más remedio que admitir que los
datos de Lilienthal debían de ser inexactos. Finalmente descubrieron el motivo:
el viento que ascendía por la ladera de la colina artificial de Lilienthal en
Berlín proporcionaba un empuje mucho mayor que el que se obtenía en terreno
llano.
Pese a que continuamente surgían problemas, aquel año los Wright realizaron unos
700 vuelos, empezaron a hacer progresos respecto a otros problemas más
complejos que el asunto básico de conseguir fuerza de ascensión. Empezaron a
investigar las complejidades de¡ control Y la maniobrabilidad. A su regreso a
Dayton, los dos hermanos se dedicaron a realizar sus propios cálculos.
Utilizaban pequeños modelos metálicos de secciones del ala, en un Winel de
viento de construcción casera.. En agosto de 1902, tras completar sus pruebas, Wilbur Y Orville artieron hacia
Kill Devil Hill con un planeador más perfeccionado. El aparato tenía un timón
de profundidad delantero dos alerones verticales. El primer vuelo, que tuvo
lugar el 20 de septiembre, acabó en un pequeño accidente cuando una ráfaga de
viento produjo una barrena. Los hermanos interrumpieron las pruebas hasta que
encontraron Lina solución al problema.
La solución consistió en conectar las alas a un timón
simple. Eso, estimado al control del timón de profundidad, dio como resultado
la primera máquina dirigible en sus tres ejes. Realizaron más de 1.400 vuelos;
a veces más de 100 el mismo día. Pero trabajaban en un ámbito todavía
desconocido. En una ocasión, Orville despegó con lo que parecía una ligera
brisa, pero descubrió que en realidad era un torbellino. Más tarde explicaría:
«Incliné el timón para descender. Entonces la brisa descendió, lanzando el
planeador contra el suelo con un tremendo choque, y salí despedido. Esto no es
más que un ejemplo de lo que tuvimos que aprender sobre corrientes atmosféricas:
en aquella época todavía no se hablaba de turbulencias».
Sin embargo, toda experiencia era valiosa en un campo donde
no había precedentes. Los hermanos no sólo tenían una máquina dirigible sino
que, además, habían aprendido a manejarla en el aire, un factor que la mayoría
de sus competidores, inexplicablemente, pasaban por alto. Ahora, su más
inmediata necesidad era encontrar un motor adecuado.
Los motores de vapor habían resultado demasiado pesados e
ineficaces, e iban a ser suplantados por los modernos motores de gasolina. Los
hermanos Wright hablaron con varios fabricantes de motores, pero ninguno creyó
poder cumplir los requisitos de 8 caballos de potencia con un peso máximo de 91
kilogramos. Finalmente, el ingeniero Charlie Taylor, que dirigía el negocio de
bicicletas de los Wright cuando los hermanos se ausentaban, diseñó un motor de
12 caballos de potencia y de sólo 82 kg de peso.
El siguiente problema eran las hélices; tenían que calcular
el tamaño adecuado, el número de palas, etc. Pero una vez más, superaron las
dificultades y fabricaron unas hélices de madera contrachapado. Ninguna de las
máquinas de los Wright tenía una carlinga como las que conocemos hoy en día. El
piloto iba tendido boca abajo en la sección central del ala inferior.
Instalaron el motor de cuatro cilindros de Taylor junto al piloto, con
cadenas de transmisión hacia cada una de las dos hélices montadas en sus
respectivos ejes entre las alas. Sólo había un instrumento: un sencillo
anemómetro para medir la velocidad del aire, fijado verticalmente en un montante
delante del piloto. Era un instrumento de gran utilidad que Chanute les había
proporcionado para uno de sus primeros planeadores.
Orville y Wilbur Wright volvieron a Kill Devil Hill el 25
de septiembre de 1903. Su objetivo prioritario era hacer volar el planeador que
habían utilizado en 1902. Realizaron 75 vuelos para familiarizarse con el
manejo del planeador, que sería parecido al manejo del aparato con motor, al que
habían bautizado Flyer.
Mientras tanto, el Flyer fue embalado y enviado de
Dayton a Kitty Hawk por barco, a donde llegó el 8 de octubre. Empezaron a
montarlo inmediatamente. Era la primera vez que montaban el aeroplano, porque
éste no cabía en el taller de bicicletas de Dayton. La construcción terminó el
5 de noviembre, y los hermanos Wright probaron el motor.
En seguida surgieron problemas. El motor tuvo un fallo de
encendido, y la vibración resultante dobló el eje de una hélice. Volvieron a
enviar los dos ejes a Dayton para que los enderezaran. La siguiente prueba tuvo
lugar el 28 de noviembre, y el eje de una de las hélices volvió a romperse a
causa de los fallos de encendido. El proceso estaba resultando muy frustrante.
El año llegaba a su fin, y el tiempo empezaba a empeorar.
Esta vez Orville se desplazó personalmente a Dayton para
hacer nuevos ejes más sólidos con acero de calidad superior. Regresó con ellos
el 11 de diciembre, y al día siguiente los montaron. Construyeron un raíl de
madera para facilitar el despegue. Finalmente, el 14 de diciembre, todo parecía
preparado.
Wilbur y Orville se echaron a suertes el primer vuelo con
motor de un planeador dirigible, y ganó Wilbur. Montó en el aeroplano y abrió
la válvula de admisión. El motor se puso en marcha. El Flyer rodó por
la pista y despegó. Entonces Wilbur aplicó demasiada elevación; el Flyer
subió hasta unos 5 metros, perdió velocidad y cayó en la arena.
Afortunadamente, los daños fueron mínimos.
El día 17 de diciembre amaneció frío y con fuertes
vientos. La estación de guardacostas local registró vientos de 43 km/h, aunque
los registros de los Wright no superaban los 39 km/h. Tal como habían acordado,
avisaron con una bandera de señalización a tres guardacostas que no estaban de
servicio para que fueran a ayudarles. También estaban presentes un tendero y
Johnny Moore, un lugareño de trece años.
Wilbur se montó en el aparato y puso en marcha el motor.
Orville describió los momentos siguientes: «Tras una breve carrera por la pista
de despegue, la máquina se elevó y se puso a volar. El vuelo sólo duró doce
segundos, y fue un vuelo inseguro, lento y oscilante; pero por fin era un vuelo
real, y no un planeo. Los ayudantes recuperaron el Flyer, y entonces le
llegó el turno a Orville. La máquina ascendía y descendía y avanzaba a
trompicones. Aquella precariedad se debía en parte a mi total falta de
experiencia en controlar un aeroplano, y en parte a un nuevo sistema de
controles que habíamos adoptado, mediante el cual con un ligero toque
conseguíamos lo que antes exigía un brusco tirón. Yo lo hacía demasiado fuerte,
claro.»
La distancia recorrida en aquel primer vuelo con motor
dirigido fue de sólo 37 metros, menos que la longitud de la cabina de un jumbo.
Quizá parezca insignificante, pero supuso el inicio de una nueva era. En menos
de setenta años, el hombre llegó a la luna. Los hermanos Wright habían abierto
un camino que otros pronto seguirían.
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