jueves, 2 de agosto de 2012

LA EXCUSA DE LA EDAD

 

                            "La edad madura es aquella en la que
                           todavía se es joven, pero con mucho más
                           esfuerzo."

                                                 Jean-Louis Barrault

La historia de Edurne Pasabán la primera mujer en llegar a la cima de las 14 montañas que superan los ocho mil metros, esta llena de contrastes, por un lado ha tenido la fortaleza (física, mental y emocional, porque en un evento como ese se requieren las tres) para escalar las montañas más altas del mundo, y por el otro, en su vida cotidiana lucha por amarse y confiar en si misma.

Carlos Soria tiene 72 años, pero tiene la energía e ilusión de un muchacho de 20 años. Lleva 60 años subiendo montañas, en el 2013 (a los 74 años) subirá el Annapurna (uno de los “ocho mil” del Himalaya), me inclino a creer que este hombre se queja poco y vive cada día como si fuera el último de su vida, soñando y trabajando porque sus sueños sean realidad.

Dedicamos nuestra vida a mejorar nuestras capacidades intelectuales y físicas, estudiamos Masters y Postgrados, vamos al gimnasio o practicamos algún deporte, pero el ejercicio más importante de crecimiento espiritual basado en el amor hacia nosotros mismos no lo realizamos. Y esa parte de nosotros que no podemos tocar ni ver, nuestra alma la dejamos a la deriva, perdemos la conexión total con nuestra sabiduría interna, es ahí, cuando nos sentimos vacíos, desolados, cuando podemos tener muchas cosas materiales, reconocimientos, estar rodeados de amigos y familia, pero no lo apreciamos no basta, porque mientras no nos aceptemos y amemos profundamente nada será suficiente.

Hay jóvenes, hay viejos, hay viejos con espíritu joven y hay jóvenes transformados en viejos.

La edad ha sido un impedimento social que condiciona la capacidad de respuesta de las personas debido a que el sistema educativo tradicional a encuadrado la vida de la sociedad, de modo que a tal edad hay que hacer tal cosa, a tal edad otra y si alguien se sale del molde pues es un inadaptado o un retardado.

La juventud ha sido a lo largo de la historia, sinónimo de rebeldía y motor de los cambios sociales. Jesús de Nazaret es quizás el mejor ejemplo de ello.

¿Quién puede imaginarse a un joven como Jesús, manipulado por un Sanedrín integrado por viejos de ideas y de alma? ¿Quién puede imaginarse a Simón José Antonio coincidiendo con la visión de Fernando VII; manipulado por ese imperio que ya se erigía en el norte o actuando en defensa de los intereses de la oligarquía criolla?
Habrían dejado de ser jóvenes; se habrían convertidos en viejos prematuros; habrían perdido lo más hermoso de los años tempranos… los sueños de acabar con el pasado y construir un mundo más justo, más humano, más rebelde.
Las excusas se presentan en los seres humanos como una de las principales formas de evasión para evitar cambios positivos en su vida y es uno de los principales hábitos negativos que obstaculizan el crecimiento personal y el aprovechamiento y desarrollo de las oportunidades.
Y más aun, cuando se trata de hacer un esfuerzo adicional a simplemente sobrevivir con lo que hacen porque aunque la gran mayoría de personas están dispuestas a hacer lo necesario para ganarse la vida con un trabajo o una profesión, pero muy pocos realmente están dispuestos y abiertos física, mental y emocionalmente para ajustarse a lo que se conoce como el "kilómetro extra" que es dar un esfuerzo extraordinario para cambiar su vida especialmente en el aspecto económico.

De esa incomodidad producida por el conflicto entre la necesidad de un cambio, el miedo y el autoconformismo por otro nacen las excusas como elementos disuasivos que arruinan, enceguecen y obstaculizan un mundo de nuevas posibilidades para lograr una mejor calidad de vida.
Las causas que llevan a tal actitud y bloqueo por parte de muchas personas se esconden múltiples razones y aunque la resistencia al cambio, el miedo y el autoconformismo figuran entre las principales, también están la mala programación mental, la ignorancia, la autosuficiencia, la baja autoestima, el cansancio físico, la depresión, la mala salud y la suceptibilidad a las malas influencias de personas que rodean las decisiones de muchos.

La edad no es ninguna excusa para desaprovechar oportunidades. Seas joven, maduro(a) o viejo(a) siempre hay nuevas formas de superarse y crecer.Pero para esto es necesario ante todo la determinación de ver el cambio y las oportunidades como un medio para crecer, desarrollar destrezas y evolucionar como ser exitoso.

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Dios los bendiga